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Colchones de cuna: Todo lo que necesitas saber

A la hora de adquirir un soporte para el colchón de cuna de firmeza intermedia, un aspecto clave a tener en cuenta es el soporte de cuna que vayamos a utilizar. Y es que el soporte puede hacer que la sensación de firmeza aumente o disminuya en la cama.

Así, si adquirimos un soporte de firmeza baja para nuestro colchón de firmeza intermedia, es posible que la sensación de firmeza total disminuya en la cuna, lo que puede ser perjudicial para el bebé. De otra manera, si adquirimos un soporte excesivamente firme para el colchón, probablemente la sensación de firmeza en el colchón aumentará y la cama podría resultar demasiado dura para el bebé.

Es por eso que conviene elegir bien el soporte para nuestro colchón de cuna de firmeza intermedia, con el objetivo de que el bebé pueda disfrutar de un descanso tranquilo.

En lo que respecta a la posición más recomendada para que un bebé duerma, esto ha sido objeto de debate y ha ido variando con los años. Recientemente se han defendido distintas posiciones que apoyaban los beneficios de dormir en una postura (de lado, boca arriba o boca abajo) frente a otra.

En la actualidad, los especialistas en salud infantil, tal como indica la Asociación Española de Pediatría, recomiendan que, a la hora de dormir, se coloque a todos los bebés boca arriba (decúbito supino), salvo contradicción médica específica. Y es que, según indican los especialistas, dormir boca arriba durante al menos los primeros seis meses de edad puede prevenir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).

A la hora de elegir un colchón para el descanso de un bebé, uno de los factores principales a tener en cuenta es la firmeza que pueda ofrecerle su colchón. Se trata de una de las propiedades principales de los colchones que hace referencia a lo que comúnmente se conoce como “dureza” del colchón.

Por lo general, los bebés necesitan dormir sobre colchones con un alto grado de firmeza. Es importante que el bebé no corra peligro de hundirse sobre el colchón. En cualquier caso, la firmeza debe ser alta para un bebé, no para un adulto. Y es que no será la misma la sensación que pueda provocarnos la firmeza del colchón del pequeño en un adulto que un bebé.

Así, lo mejor para un bebé será un colchón de cuna de firmeza intermedia. En cualquier caso, es importante que el colchón no presente hundimientos y sea resistente al peso del pequeño. No se recomienda que el colchón sea demasiado blando dado que el cuerpo del bebé puede hundirse y con ello provocar malformaciones y dolores, ya que los bebés pasan muchas horas durmiendo.