Las principales razones para confiar en un somier

Te has informado de los beneficios de dormir bien y estás pensando en renovar tu cama. Como es lógico, le estás dando vueltas a cuál puede ser el mejor colchón para un descanso óptimo, sin embargo, aún no te has parado a pensar en la otra parte fundamental, el esqueleto de una buena cama, el somier.

Tanto el somier como el colchón deben trabajar en conjunción, para que la persona durmiente pueda tener el sueño reparador diario con todas las garantías. Por tanto, de nada sirve tener el mejor colchón del mundo si no está sobre el somier adecuado.

Aunque poner una base tapizada simple, pueda ser una opción a considerar sobre todo para soluciones temporales o en las que necesitamos mucha robustez, hay motivos de sobra para confiar en que un somier será más favorable en la configuración de una cama, ya que aporta algunas ventajas y además resalta las virtudes de un buen colchón.

El somier de láminas es ante todo transpirable, están formados por láminas separadas entre sí de tal forma que se favorece la ventilación de colchón. Esto mejora las condiciones higiénicas de la cama, ya que al estar más aireado se evita la aparición de humedades y ácaros.

Si tenemos un colchón un tanto viejo, es posible que no sea lo suficientemente transpirable como lo son los nuevos, por eso es imprescindible un somier de láminas para facilitar la ventilación. Por otro lado, si estamos pensando adquirir un colchón de última generación, el somier lo hará aún más eficaz.

Otra función principal de un somier, es permitir que el colchón se adapte mejor a la base, por eso es ideal para aquellos colchones fabricados con materiales maleables como los viscoelásticos o los de látex.

Un somier es más flexible, reparte equitativamente el peso del colchón y de la persona durmiente entre cada una de las láminas, adaptándose mejor a su postura y a los puntos de apoyo, permitiendo mayor movilidad, favoreciendo el descanso.

Con un somier de multiláminas, podemos regular la firmeza de la cama. Esto es una característica que no podemos pasar por alto ya que, si la cama no tiene la dureza adecuada, el sueño se verá afectado, pudiendo dar lugar a dolores en algunas regiones del cuerpo como la espalda o el cuello.

Podemos calibrar la firmeza del somier gracias a unos pequeños tacos que se sitúan en cada una de las láminas, que se podrán desplazar horizontalmente de forma que van a tensar en mayor o menor medida cada lámina, regulando así su firmeza. Asimismo, dependerá del tamaño de las lamas y de cuantas se dispongan en el bastidor donde se sustentan.

El invento del somier no es algo nuevo, lleva muchos años soportando el peso de nuestro descanso, por eso sabemos de su eficacia. Con el paso del tiempo el somier ha ido evolucionando, cada vez son más eficientes y duraderos. Gracias a los materiales de calidad con los que se fabrican, podemos obtener la combinación de flexibilidad y robustez necesarias en una buena cama.

Por otro lado, en caso de algún percance por el que pudiera romperse alguna de las láminas, lo cual es muy difícil porque son materiales muy sólidos, siempre es posible reemplazarla por otra, si pasa en una base tapizada probablemente habría que cambiarla por completo.

También hay que tener en cuenta la versatilidad del somier, ya que admiten la mayoría de tipos de colchones, podemos decir que hay un somier para cada persona. En función del tamaño, del peso, el tipo de vida, parejas y las preferencias personales, se puede configurar un somier que se adapte al colchón.