¿Por qué nos entra sueño después de comer?

Feb 4, 2020 | CURIOSIDADES

Se dice que para hacer la digestión, la sangre disminuye en el cerebro, por lo que nos entra sueño después de comer. Pero, ¿es eso del todo cierto? Lo que parece claro es que resulta bastante común: comemos y de repente notamos una ligera sensación de cansancio y ganas de dormir. Lo que comúnmente conocemos como la siesta. Incluso podría parecer que estos dos hábitos van de la mano.

Ese estado de modorra que parte de nuestra energía está siendo usada por nuestro organismo para hacer la digestión. Este proceso es igual para todo el mundo, ¿quién no daría lo que fuera por echarse la siesta siempre?

La relación entre el comer y el sueño. ¿Por qué se produce?

Si alguna vez has escuchado sobre este tema puede que se haya mencionado una explicación popular al sueño que nos entra tras las comidas: después de comer, nuestro aparato digestivo debe hacer la digestión. Con ello, la sangre se acumula en el estómago para poder trabajar en la digestión, y los demás órganos reciben menos cantidad de sangre. Así, se achacaba esta sensación de cansancio y la necesidad de dormir al proceso de la digestión.

En tal caso, la explicación científica a este hecho es que al parecer esta somnolencia sucede debido a que el cuerpo activa un mecanismo de “descanso y digestión”. Se trata de una especie de respuesta fisiológica que hace que nos relajemos y tengamos ganas de dormir.

Cuando comemos, los niveles de glucosa aumentan y esta provoca que disminuyan las orexinas, unas hormonas creadas en el hipotálamo y encargadas de mantenernos alerta. Otra de las causas puede ser el hecho de que las comidas de alto contenido de almidón (lo que comúnmente conocemos como carbohidratos) aumentan los niveles de melatonina en el cerebro, lo que nos hace sentir sueño (dado que esta es la hormona del sueño). Lo mismo puede ocurrir con aquellos alimentos altos en grasas.

De cualquier manera, la siesta es algo que suele gustar a todo el mundo, pero que no todos pueden permitirse. Y es que el ritmo frenético de vida al que estamos acostumbrados no nos permite tener tiempo para ese ratito de descanso después de comer que a muchos nos gustaría.

Lo que parece claro es que el sueño y la alimentación son dos hábitos que suelen ir de la mano. Incluso parece que, al igual que nos entra sueño si comemos mucho, también ocurre al revés: en el caso de tener hambre al acostarnos, muy probablemente nos cueste más dormirnos.

¿Qué centros nerviosos se encargan de estos dos procesos, la alimentación y el sueño?

La parte del sistema nervioso encargada del hambre, la saciedad y la alimentación es el hipotálamo. Los núcleos laterales del hipotálamo actúan como centro de la alimentación, porque cuando se estimulan excitan un apetito voraz (al que se le llama hiperfagia). De hecho, la ciencia ha descubierto que, cuando se estimula esta región cerebral, ello puede inducir una saciedad completa. También ha podido verse que, cuando se destruye el hipotálamo lateral, el deseo de comer deja de existir.

¿Cuál es la región encargada de los ciclos del sueño?

Resulta curioso saber que es esta misma, la región del hipotálamo que también se encarga de la alimentación, la que regula nuestro ritmo circadiano. Y es que el sueño, tal como ocurre con otras funciones vitales, está regulado por nuestro “reloj biológico”, o ritmo circadiano, como decíamos. En este sentido, nuestro reloj localizado en el hipotálamo es el encargado de dar la señal al resto de estructuras del cerebro para iniciar y finalizar el sueño.

Así pues, parece que existe una clara explicación científica al porqué estos dos procesos vitales se encuentran tan relacionados. Regulados por la misma parte del cerebro, parece que tener sueño después de comer es una reacción fisiológica bastante habitual en nuestro cuerpo.

En cualquier caso, ojo: echarse a dormir después de comer puede tener sus consecuencias. En concreto, las principales consecuencias de echarse una siesta después de haber comido son el reflujo y una digestión pesada. Al estar tumbados, los jugos gástricos se mueven hacia la boca del estómago. Esto crea una sensación de que “nos repite la comida” y de acidez.

La indigestión se produce por la misma razón. Los jugos gástricos no hacen su papel y la gravedad no ayuda a que el bolo pase al intestino. Así, la comida se queda más tiempo necesario en el estómago y puede fermentar, provocando gases o angustia. Sin embargo, los especialistas recomiendan reposar un rato después de las comidas.

¿Cómo evitar estos problemas?

  • 40 minutos. Es recomendable echarse a la siesta pasados cuarenta minutos de la ingesta de alimentos, así, los alimentos se habrán digerido de manera correcta.
  • En la noche. No tomes alimentos pesados para cenar; aparte de afectar a tu organismo de la manera que hemos hablado anteriormente, no conseguirás un buen descanso por culpa de una mala digestión.
  • Existen alimentos que te ayudan a dormir después de consumirlos, como las cerezas, las espinacas o el huevo. Evitar estos alimentos ayudará a que no te entre modorra.
  • Obedecer a nuestro cuerpo. Sí, nuestro cuerpo nos habla, tenemos que aprender a escucharlo y hacerle caso, pues indica cuándo parar de comer. En ese punto en el que ya nos sentimos saciados debemos parar. Si no lo hacemos, nuestro organismo necesitará más de nuestra energía, causándonos así más somnolencia.
  • Disminuir el azúcar. Sabemos que el azúcar es un aporte de energía temporal. Al tomarlo nos da el subidón y en poco tiempo baja de tal manera que te deja sin energía. Evita alimentos altos en azúcar, sobre todo los que llevan azúcares añadidos.
  • Desayuno. El desayuno es la comida más importante del día. Si no desayunamos, al llegar la hora de la comida tendremos más hambre, y comeremos de manera excesiva. Sin embargo, si nos tomamos un buen desayuno, a la hora de comer reduciremos esta ansiedad y no nos daremos un atracón. Así evitaremos ese esfuerzo extra para nuestro organismo que tanto nos cansa.
  • Caminar. Si tienes tiempo para echarte a la siesta, reemplázala por caminar. No tienes que darte una caminata. Solo andar unos diez o quince minutos después de comer te ayudará a hacer una mejor digestión. Mejorará la circulación de la sangre y el oxígeno. Estando en movimiento evitaremos que nos entre sueño después de comer.

Ahora que sabes los motivos por los que te entra sueño después de comer, ¿seguirás estos consejos? ¡Recuerda que tu salud es lo primero!