Cama nido: practicidad y orden en las habitaciones infantiles
La falta de espacio en nuestros hogares puede ser un problema recurrente o, por el contrario, simplemente puntual. Pero ya sea porque de vez en cuando podemos recibir algunas visitas temporales, porque nuestros hijos han de compartir habitación perennemente o porque alguien de la familia dispone de una habitación de reducidas dimensiones, la solución puede ser la misma: una cama nido.
Tres grandes razones por las que equipar nuestro hogar con una cama nido
Las camas nidos son una fórmula, tan sencilla como práctica, que borra de un plumazo esa falta de espacio. Sus ventajas van más allá de que podamos ocultar la cama nido durante el día y extraerla cuando cae la noche.
1. Practicidad y aprovechamiento del espacio
Aunque hoy en día ya no existan tantas familias numerosas como hace un par de décadas, lo que sí ha aumentado es el precio de la vivienda. Por ello, hemos tenido que acostumbrarnos a vivir en un menor número de metros cuadrados y sacar de nosotros una más que óptima capacidad de adaptación.
Ya sea porque tengamos dos hijos y una sola habitación a compartir o porque las habitaciones de nuestro piso sean de reducidas dimensiones, la solución está en la cama nido. Una forma impecable de optimizar el espacio al máximo. Gracias a su practicidad, la habitación por el día puede convertirse en un espacio de juego. Pero por la noche, extraerla sin necesidad de instalaciones ni grandes habilidades para que dos personas puedan dormir en dicho cuarto.
2. Ofrecen versatilidad
Las camas nido nos permiten ser el protagonista de un conjunto de muchos universos existentes. Un multiverso que solo es posible porque gracias a su practicidad podemos convertir una habitación individual en una doble. O incluir esa cama nido debajo de un sofá. Lo que nos llevaría a tener una sala de estar durante un período de tiempo y transformarlo en un dormitorio en el caso de que recibiéramos visitas. Como ya hemos comentado, una cama nido habilita el día a los más pequeños. Solo así pueden jugar, hacer los deberes y moverse con libertad, para pasar a descansar por la noche.
3. Son resistentes, firmes y facilitan el descanso
Ya no existen dudas a la hora de dormir en una cama nido. Si adquieres un modelo del catálogo de Maxcolchon, por ejemplo, Kanguro Lama, encontrarás que está compuesto por un somier con láminas de 120 mm de ancho que incorpora ruedas. En general, son camas con gran resistencia al peso y que tanto la parte superior como la inferior cuentan con una superficie de tablero rígido con tejido antideslizante. Y lo mejor de todo es la facilidad que otorga a la hora de extraerla y guardarla. Tan solo tienes que estirar o empujar sin ningún tipo de esfuerzo.
¿Y qué hay de la estética?
Estamos en la época donde la practicidad y el estilo se dan (casi siempre) de la mano. Y las camas nido no son una excepción. Muy al estilo de lo que ocurre con los canapés abatibles, acaban resultando un elemento más de la decoración del dormitorio.
Si entras en el catálogo de Maxcolchon, encontrarás varias categorías y tipos de camas nido. En el caso de seleccionar aquellos modelos tapizados, y por lo tanto más estéticos, podrás elegir entre cinco tipos diferentes: chenilla, aqualine, ecolife, polipiel y kittens.
Las versiones tapizadas de las camas nidos son, sin duda, las más estéticas de todas. Ten en cuenta que cuando este tipo de camas las guardamos debajo de la parte superior, un cajón es el que emerge ante nuestros ojos. Una especie de base tapizada que, dependiendo de la elección, dará un toque moderno, clásico, tradicional, minimalista, impactante, conservador… Tan solo has de echar un ojo a nuestra exposición para comprobar la gran variedad de colores y tonos que podrás elegir.