Cambios en el sueño por envejecimiento

Nov 3, 2021 | CONSEJOS, DESCANSO, TERCERA EDAD | 0 Comentarios

Cada vez son más las personas mayores que habitan entre nosotros. De hecho, es una tendencia que puede observarse a nivel mundial, tal y como apuntan las Naciones Unidas: estas estiman que la cantidad de personas mayores de 60 años se duplicará para 2050 y triplicará para 2100.

El envejecimiento está relacionado con muchos problemas de salud, principalmente con las dificultades para dormir. De hecho, la falta de sueño podría contribuir a muchos de estos problemas, reduciendo la calidad de vida de las personas mayores de 65 años.

Es por eso que resulta tan importante abordar las necesidades únicas que presentan las personas mayores, para así poder comprender los efectos del envejecimiento en la salud. Un tercio de nuestras vidas lo pasamos durmiendo, así que tiene sentido darle al sueño la importancia que se merece, ¿no?

¿Cuáles son los cambios en el sueño por envejecimiento?

Es habitual que los adultos mayores experimenten cambios en la calidad y duración de su descanso. Muchos de estos cambios ocurren debido a cambios en el reloj interno del cuerpo. De hecho, en nuestro cerebro disponemos de un reloj maestro, llamado hipotálamo, compuesto por unas 20.000 células que forman el núcleo supraquiasmático.

Este núcleo controla los ciclos diarios de 24 horas llamados ritmos circadianos. Estos ritmos circadianos influyen en los ciclos diarios, como cuando tenemos hambre, cuando el cuerpo libera ciertas hormonas y cuando nos sentimos somnolientos o alerta.

A medida que envejecemos, nuestro sueño cambia debido a los efectos del envejecimiento del núcleo supraquiasmático. El deterioro de su función puede alterar los ritmos circadianos, influyendo directamente en cuando nos sentimos cansados y alerta.

El núcleo supraquiasmático recibe información a través de los ojos, y la luz es una de las señales más poderosas para mantener los ritmos circadianos. Desafortunadamente, las investigaciones muestran que muchas personas mayores tienen una exposición insuficiente a la luz del día, con un promedio de alrededor de una hora al día.

Los cambios en la producción de hormonas, como la melatonina y el cortisol, también pueden influir en la interrupción del sueño en los adultos mayores. A medida que las personas envejecen, el cuerpo segrega menos melatonina, que normalmente se produce en respuesta a la oscuridad que ayuda a promover el sueño mediante la coordinación de los ritmos circadianos.

El sueño y las condiciones de salud

Las condiciones de salud física y mental también pueden interferir con el sueño. Las afecciones que comúnmente afectan al sueño en las personas mayores incluyen ansiedad, depresión, enfermedades cardíacas, diabetes y afecciones que causan malestar y dolor, como la artritis. La relación entre la salud física y el sueño se complica por el hecho de que a muchos adultos mayores se les diagnostica con más de un problema de salud.

Además, los problemas para dormir también pueden estar relacionados con los efectos secundarios de los medicamentos. Casi el 40% de los adultos mayores de 65 años en Estados Unidos toman cinco o más medicamentos, tal y como indica una investigación publicada en 2015 en la revista The Journals of Gerontology.

Al parecer, muchos medicamentos recetados y de venta libre pueden contribuir a los problemas de sueño. Por ejemplo, los antihistamínicos y los opiáceos pueden causar somnolencia durante el día, mientras que los medicamentos como los antidepresivos y los corticosteroides pueden mantener despiertas a las personas mayores y contribuir a los síntomas de insomnio. Además, las interacciones de múltiples medicamentos pueden causar efectos inesperados sobre el sueño.

Cambios en el sueño por envejecimiento

El estilo de vida y el descanso

La mala calidad de sueño en las personas mayores también puede estar relacionada con los cambios en el estilo de vida que a menudo vienen dados junto al envejecimiento. Por ejemplo, la jubilación conduce a menos trabajo fuera del hogar y posiblemente a más siestas y a un horario de sueño menos estructurado.

Otros cambios importantes en la vida, como la pérdida de la independencia y el aislamiento social, pueden aumentar el estrés y la ansiedad, lo que también puede contribuir a los problemas de sueño.

Entonces, ¿cómo afecta exactamente el envejecimiento al sueño?

El envejecimiento no afecta a todos por igual: dependiendo de la persona, le afectará de una manera o de otra. Si bien algunos adultos mayores pueden no tener interrupciones significativas en su sueño, otros se quejan de que duermen menos y de tener una peor calidad de sueño.

Los expertos han encontrado varias alteraciones comunes del sueño en los adultos mayores:

Cambio de horario de sueño

A medida que envejecemos, los ritmos circadianos del cuerpo avanzan en el tiempo. A este cambio se le denomina avance de fase, y son muchos los adultos mayores que experimentan este avance como tener sueño cada vez más pronto por la noche y despertarse más pronto por la mañana.

Despertarse por las noches

Las investigaciones también han demostrado que, a medida que las personas envejecen, a menudo experimentan cambios en su arquitectura del sueño. Esta “arquitectura” hace referencia a como las personas pasan a través de las diferentes etapas del sueño.

Los adultos mayores pasan más tiempo en las etapas tempranas y más ligeras del sueño y menos tiempo en las etapas posteriores y más profundas. Estos cambios pueden contribuir a que las personas mayores se despierten con más frecuencia durante la noche y tengan un sueño más fragmentado y menos reparador.

Siestas durante el día

Las investigaciones estiman que alrededor del 25% de los adultos mayores duermen siestas, comparado con alrededor del 8% de los adultos jóvenes. En cualquier caso, los expertos parecen estar de acuerdo en que las siestas prolongadas y las siestas que hacemos por las tardes pueden hacer que sea más difícil conciliar el sueño a la hora de acostarse y podrían provocar interrupciones del sueño por la noche.

Recuperación más prolongada de los cambios en el horario de sueño

Las alteraciones en la forma en la que el cuerpo regula los ritmos circadianos dificultan que las personas mayores se adapten a los cambios repentinos en sus horarios de sueño, como durante el horario de verano o cuando experimentan desfase horario.

Como ves, los cambios en el envejecimiento resultan totalmente normales. Sin embargo, tal como los adultos jóvenes, los adultos mayores necesitan dormir de 7 a 8 horas de sueño cada noche. Es importante mantener este descanso a raya, ¡dormir es clave para la vida!