Cómo afecta el invierno al descanso del bebé

Feb 1, 2021 | INFANTIL, MATERNIDAD

El invierno trae consigo un cambio de clima más frío que puede tener un impacto en el sueño de los más pequeños. Independientemente de la edad del bebé, tener demasiado calor o frío puede afectar a su capacidad para dormir bien.

¿Sabías que todos tenemos nuestra mayor caída de temperatura corporal alrededor de las 3 y las 4 de la noche? Si tu pequeño se despierta a esta hora habitualmente, podría ser debido al frío. Te damos algunos consejos oportunos para mejorar el descanso del bebé en invierno.

Los días más cortos pueden afectar a la hora de dormir

A medida que los días se acortan y las noches se alargan a partir del otoño y durante todo el invierno, es posible que detectes que tu bebé se duerme más temprano. Esto se debe a que los ritmos circadianos (las señales que le dicen a nuestro cerebro cuándo es el momento de estar despierto y cuándo es el momento de dormir) están estrechamente conectados con las horas de luz. Entonces, cuando el sol se pone más temprano, es natural que nuestro bebé quiera irse a la camas temprano.

En principio, esto no tiene porque suponer necesariamente ningún problema. Sin embargo, si observamos que acostarse más pronto provoca que su bebé se despierte demasiado temprano, es posible tomar algunas medidas y corregir el horario de sueño de su bebé.

El sueño nocturno puede prolongarse

Generalmente, la hora de acostarse tiende a llegar más tarde durante el verano. Esto se debe a que el sol sale más temprano, por lo que todos tendemos a levantarnos más temprano. No obstante, esto cambia completamente a partir del otoño, por lo que es posible que detectes que tu bebé duerme más por la noche.

Si tu bebé duerme más por la noche es posible que sus siestas se vean afectadas. Esto puede suceder porque la cantidad total de sueño de un bebé tiende a ser la misma diariamente, por lo que si se duerme mucho por la noche, lo hará menos durante el día. Si eso llega a convertirse en un problema, podemos acortar el sueño nocturno del bebé a fin de dejarle más horas de sueño disponibles durante la siesta.

Las temperaturas más frías pueden aportar un sueño más profundo

Todos nosotros, tanto los pequeños como los adultos, tendemos a dormir más profundamente cuando la temperatura es fría. Aunque la temperatura óptima para dormir varía dependiendo de cada persona, una temperatura adecuada para que nuestro bebé duerma mejor oscila entre los 18 y los 20 grados.

Además, cuando acostamos a nuestro bebé durante el invierno, es importante no compensar las temperaturas frías vistiéndolo demasiado abrigado en su cuna. De ser así, corremos el riesgo de calentar demasiado al bebé, algo que puede provocar que esté más inquieto y tenga un descanso fragmentado con despertares recurrentes.

Consejos para acostar a tu bebé en invierno

  • Tratar de mantener su habitación fresca y ventilada entre los 18 y 20 grados.
  • Usar algo de calefacción en la habitación. Los calentadores con termostato son una buena opción.
  • No colocar la cuna debajo o al lado de las ventanas para evitar corrientes de aire. Si se trata de una casa antigua con sellos de ventana poco fiables, puedes solucionarlo con un poco de cinta de espuma para ventanas. De esta forma aislaremos mejor el dormitorio y mantendremos la temperatura.
  • Abrigar con otra capa de ropa o calcetines al bebé, pero asegurándonos de que no esté demasiado sobrecalentado. La ropa de lana o mezcla de merino es una buena opción para regular la temperatura corporal.
  • Recomendamos el uso de un saco de dormir para ayudar a mantenerlo caliente.

Elegir un colchón de cuna

Especialmente durante el invierno, el colchón de cuna de nuestro bebé ha de ser capaz de disipar el calor sobrante, ya que no es bueno que los bebés pasen calor excesivo o se enfríen de manera brusca.

En este sentido, es conveniente descartar los colchones con una composición que no permita la libre circulación del aire. Existen estudios que han demostrado que el riesgo de muerte repentina baja drásticamente cuando el aire de la cuna del bebé permite una ventilación idónea, evitando así la respiración de su propio anhídrido carbónico.

Podemos encontrar colchones de cuna con acolchado viscoelástico y con otros acolchados de fibras suaves, e incluso con sistemas antiahogo. Eso sí, a la hora de comprar un colchón de cuna, es importante que la cuna también se ajuste a sus medidas exactas y que no queden espacios huecos en los que el bebé pueda quedarse atrapado.

¿Qué hay más importante que el descanso de tu bebé? ¡Que el invierno y el frío no os pille descubiertos!