Cómo evitar los mareos cuando te tumbas en la cama

Abr 8, 2020 | TRASTORNOS DEL SUEÑO

Existen muchos tipos de mareo. Pero hay uno especialmente característico: el que se produce al tumbarnos en una cama. ¿Por qué ocurren? ¿Son vértigos? ¿Es el conocido como vértigo postural paroxístico benigno? Lo analizamos a continuación.

La principal causa de mareo al tumbarnos en una cama

Es una sensación que ocurre dentro de nuestra cabeza y en la que, de repente, todo nos da vueltas. Son episodios breves de mareos que pueden oscilar entre la levedad y la más absoluta intensidad. Hablamos de los mareos y vértigos que se reproducen cuando nos tumbamos.

La pregunta es obvia: ¿por qué a veces nos mareamos cuando nos tumbamos la cama? Pero, aunque cueste asimilarlo, la respuesta es incluso más recurrente: a causa del vértigo postural paroxístico benigno. Espera, ¿qué? ¿Me lo puedes repetir?

Conocido como uno de los causantes principales del vértigo, la variante conocida como postural paroxística benigna se suele producir por realizar cambios determinados en la posición de la cabeza. Por ejemplo, inclinarla hacia arriba o hacia abajo. Exactamente, movimientos que realizamos cuando nos acostamos en la cama cada noche. De ahí la relación constante con el descanso.

Sin resistir por regla general ningún tipo de gravedad, estos mareos o vértigos pueden perjudicar nuestro día a día. Sin ir más lejos, aunque normalmente nos pueden venir cuando nos acostamos, existen ocasiones en las que podemos estar de pie, sufriendo así riesgos de caídas.

El vértigo postural no ha encontrado a día de hoy una causa conocida y concreta. Sin embargo, cuando se puede determinar su origen principal, suele ir relacionado con ciertos golpes en la cabeza que hemos podido sufrir.

Otras causas que provocan que suframos mareos al tumbarnos

Otras causas frecuentes giran en torno a determinados trastornos que dañan el oído interno. En este último origen, este daño se puede haber generado tras una intervención quirúrgica. Y, aún más chocante por lo extraño, incluso tras haber estado postrado en una silla durante varias horas. Por ejemplo, una visita al dentista.

Y en otra vertiente podemos apuntar a las terribles migrañas, la toma de diversos y determinados medicamentos (sobre todo en personas mayores), la hipotensión (presión arterial baja) y, sobre todo, problemas de índole psicológico como ataques de pánico, ansiedad y la sensación de angustia que puede llevar a taquicardias, palpitaciones o sudoración excesiva.

Entre los síntomas, encontramos mareos, náuseas, vómitos, inestabilidad, pérdida del equilibrio, vértigo y sensación de que tú o el lugar donde te encuentras da vueltas.

¿Qué es el vértigo? Diferencias con los mareos comunes

Aunque tienen síntomas que colindan, los vértigos y mareos no dejan de ser una especie de sensación subjetiva. Pero, sobre todo, con algunas diferencias que resultan clave.

El vértigo es una sensación ilusoria de movimiento rotatorio. Se trata de un síntoma muy frecuente cuando se dan trastornos que afectan a la oreja interna y normalmente viene acompañado de otros síntomas como náuseas, vómitos, mareos o sudoración. Cuando se produce un vértigo, generalmente se trata de una alteración de la función del órgano del equilibrio (dentro de la oreja interna), pero a veces puede tratarse de alteraciones neurológicas del sistema nervioso central.

A veces es fácil confundir los síntomas entre un mareo y un vértigo, pero lo cierto es que no tienen nada que ver. A continuación, enumeramos algunas diferencias:

– Por un lado, el mareo suele aparecer cuando al cerebro no llega suficiente sangre, a causa de una disminución repentina de la presión arterial. Puede estar relacionado con la deshidratación a causa de vómitos y/o diarreas, con la fiebre o puede estar causado por levantarse muy rápido de la silla o la cama.

– En segundo lugar, el vértigo puede generar sensación de desequilibrio, náuseas, vómitos, disminución de la audición, silbidos al oído y movimientos anormales de los ojos de forma involuntaria.

¿En qué pueden derivar los vértigos que se producen al tumbarnos?

Entre los trastornos más frecuentes que pueden provocar el vértigo encontramos los siguientes:

– Vértigo posicional paroxístico benigno: se caracteriza por episodios recurrentes de vértigo de corta duración relacionados con los movimientos de la cabeza (por ejemplo, cuando nos giramos en la cama).

– Migraña vestibular: un tipo de migraña que afecta las áreas del cerebro que controlan el equilibrio. El paciente puede experimentar vértigo, desequilibrio, sensación de presión en la cabeza y mareos.

– Dolencia de Ménière: todavía no se sabe con certeza cuál es la causa de esta dolencia. La persona que la sufre puede sentir vértigo, presión en la oreja, ruido intenso o sordera. El paciente se ve condicionado, puesto que no puede prever con antelación cuándo sufrirá una crisis, que puede durar desde unos minutos hasta unas horas.

En caso de presentar un episodio de vértigo, siempre es recomendable consultarlo con un especialista que lo pueda valorar y proponer un tratamiento.

Cómo combatir contra los mareos y vértigos al acostarnos

Los siguientes hábitos y consejos nos ayudarán a eliminar la presencia de mareos y vértigos al tumbarnos en una cama:

– Evita los cambios rápidos de posición, especialmente al reincorporarse cuando se está estirado o al girarse.

– De la misma manera, evita posiciones extremas de la cabeza (como, por ejemplo, mirar hacia arriba), o movimientos rápidos de cuello y cabeza (particularmente a través de giros bruscos).

– Elimina (o, al menos, disminuye) el consumo de determinadas sustancias como pueden ser la nicotina, la cafeína o la sal. En todos estos casos, son elementos que pueden empeorar la circulación sanguínea.

– Minimiza las circunstancias que precipitan el vértigo como el estrés, la ansiedad o los elementos que puedan derivar en cierto tipo de alergias.

– Cuida tu salud, poniendo especial énfasis en las infecciones respiratorias o del oído.

Por último, destacar que la falta de vitamina D puede ser una de las causas relacionadas con los mareos al levantarse. Es necesario controlar estos niveles para evitar mareos y comer e hidratarse adecuadamente.

La importancia del equipo de descanso

Si bien es cierto que parte de estos mareos vienen relacionados con problemas físicos y enfermedades como las anteriormente relatadas, sin importar qué tipo de mareo y vértigo puede ser, nuestro equipo de descanso puede jugar un factor primordial en la mejora o empeoramiento de sus síntomas.

Como ya hemos comentado, uno de los orígenes de estos mareos viene precedidos por determinados movimientos que realizamos cuando estamos acostados. Por ello, nada mejor que equiparnos con ciertos elementos del descanso que pueden mejorar nuestra movilidad.

Para evitar esas malas posturas podemos comenzar por adquirir una cama articulada. Gracias al motor eléctrico que permite a sus usuarios modular tanto la inclinación de la cabeza como la de las piernas, convertiremos al colchón en un elemento móvil que será quien se adapte a nuestras posturas. Nunca al revés.

Esa facilidad que ofrecen las camas articuladas para adoptar posiciones inclinadas se puede ver reforzada a través de según qué tipos de almohadas. Para esta combinación que nos ayude a evitar los mareos tendremos que preguntarnos en qué posición dormimos, si tendemos a sudar por las noches y la sensación que más nos reconforta.

Otra vertiente que puede funcionar muy bien nos lleva a los colchones de muelles. Para aquellas personas que padecen de vértigo, resulta una de las opciones más recomendables. Ya sea normativo o de muelles ensacados, estos modelos evitan los hundimientos al notar la presión del peso del durmiente, por lo que no lo envuelven y evitan la sensación de levitación.

Una vez contestadas estas preguntas, encontraremos una almohada cuya firmeza, transpiración y altura beneficiará los movimientos de nuestro cuello. Cuando evitemos estos bruscos cambios y una inclinación de la cabeza más regular y orgánica, iremos omitiendo la aparición de los mareos.