¿Cuál es la siesta perfecta?

Jul 31, 2021 | CONSEJOS, DESCANSO | 0 Comentarios

Dicen que es un invento español. Un producto tan típico de nosotros como el flamenco, la sangría, la paella… Creadora y responsable de un buen puñado de beneficios y algún que otro perjuicio, la siesta perfecta es aquella que esconde una técnica depurada que solo se logra siguiendo unos cuantos consejos. Te contamos cuáles.

Todos los tipos de siestas que conoces

La hacemos después de comer, si disponemos de una jornada laboral partida, en invierno y, sobre todo en verano. La siesta no es otra cosa que la cabezadita que echamos al mediodía y justo después de comer. Definida como una costumbre española que hemos exportado al mundo, sus beneficios son numerosos:

– Reduce la tensión arterial y previene las cardiopatías.

– Disminuye el nivel de estrés y ansiedad.

– Aumenta la concentración y estimula la creatividad.

– Mejora nuestros reflejos.

– Favorece el aprendizaje.

– Y, por supuesto, ayuda a descansar cuerpo y mente.

Entre estos beneficios también pueden emerger una serie de contradicciones y consecuencias. Obviamente, no es lo mismo si echamos una siesta de 30 minutos o una de 3 horas, en la cama y con pijama. Ni nos vamos a levantar igual ni vamos a saber rendir con la misma eficiencia. Por ello, es importante conocer los tipos de siestas que existen y cuáles son sus efectos:

Siesta programada

Se le llama programada porque es un hábito adquirido, regular y casi conductual. Este tipo de siesta se fija con antelación, tengas sueño o no, y la practicas por costumbre. Una vez acabas de comer, tiendes a echarte unos minutos en el sofá para facilitar la digestión y anticiparte al cansancio que puedes padecer posteriormente. Muchas personas la practican a sabiendas que se acostarán más tarde. Pero, en definitiva, la siesta programada es aquella que repites como hábito todos los días.

Siesta de emergencia

También llamada siesta de necesidad, es aquella que ejercemos cuando, después de comer, nos entra esa modorra tan característica. Normalmente ocurre cuando se te cierran los ojos justo después de comer y, por motivos laborales, tienes la oportunidad de practicarla.

Siesta para recargar pilas

Esta siesta a la que hemos llamado así puede titularse de mil maneras distintas, pero siempre contará con el mismo tipo de descanso. Hablamos de la pequeña siesta de 20 minutos que ejercemos después de comer, nada más comenzar a sentir esa somnolencia tan característica. Se considera un descanso que, a pesar de su reducida duración, mejora nuestro rendimiento cognitivo y físico.

Siesta de media hora

No sabemos si es la más habitual, pero seguro que está en el pódium de las más practicadas. Sus características son muy parecidas a la anterior, solo que dura unos minutos más que, según la explicación científica, no conllevan beneficios extras para tu organismo.

Siesta de una hora

El sueño se nos va de las manos y lo que debería haber durado no más de 30 ó 40 minutos, se ha ido hasta la hora de duración. Este tipo de siesta ya conlleva el atontamiento posterior a despertarte y un rendimiento inmediato algo inferior al de antes de dormir. Por el contrario, ayuda tanto al rejuvenecimiento como a la memoria.

Siesta de hora y media

Si nos cuesta despertamos después de dormir una siesta de una hora, imagina cuando la cosa se va a los 90 minutos. Otro punto negativo es que esta cabezada venida a más se suele practicar en el sofá, por lo que al atontamiento mental le hemos de sumar una posible contractura muscular.

La siesta de pijama, cama y persiana bajada

Sin tapujos. Esta siesta se suele practicar a conciencia y conociendo todas las consecuencias. Se suele practicar por no haber dormido nada la noche anterior, por padecer resaca o porque aún eres tan joven que no sufres sus secuelas. Es la menos recomendada y la que más puede dañar tu higiene del sueño. No pasa nada por hacerla un par de veces al año, pero ya sabes que su práctica recurrente te producirá desde insomnio hasta problemas cardiovasculares.

Entonces, ¿cuál es el tipo de siesta que tengo que practicar?

Si has estado atento, te habrás dado cuenta que cualquier siesta que supere la hora de duración es perjudicial para tu organismo. Incluso la de 60 minutos conlleva un peor rendimiento laboral y social a causa del atontamiento. Entonces, ¿cuál de las siestas cortas es la que más deberíamos practicar?

Atendiendo a razones científicas y médicas, la siesta para recargar pilas y cuya duración no supera los 20 minutos es la más beneficiosa. Estos 20 minutos son los necesarios para reiniciar cuerpo y mente, descansar y no alterar nuestra higiene del sueño.