La falta de sueño engorda. ¿Mito o realidad?

Oct 7, 2021 | TRASTORNOS DEL SUEÑO | 0 Comentarios

Existen muchos mitos alrededor del hecho de engordar. ¿El pan engorda? ¿La pasta engorda? Estos son algunos de los mitos más conocidos alrededor de esta idea que supone ganar peso. Sin embargo, otro de los más conocidos es que la falta de sueño engorda, y este parece no tener mucho de mito, según apuntan los científicos.

Y es que dormir es esencial para nuestro día a día, tal como lo son comer o beber agua. Aunque podamos pensar que dormir nos permite simplemente descansar nuestro cuerpo por la noche, sin embargo, lo cierto es que el descanso juega un papel esencial en nuestro cuerpo y en nuestro funcionamiento físico.

Efectos de la falta de sueño

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, aproximadamente un tercio de los adultos estadounidenses no duermen lo suficiente cada noche. Así, la duración corta del sueño en adultos se define como menos de 7 horas de sueño en 24 horas.

Esto resulta un problema dado que, como hemos visto, el sueño ayuda a procesar los pensamientos del día a día y almacenar recuerdos, por lo que la falta de sueño de buena calidad puede provocar dificultades para concentrarse y pensar con claridad.

Esta falta de sueño puede hacer que nos sintamos cansados, irritables o ansiosos durante el día. Pero todavía peor, la falta de sueño puede acarrear graves problemas para la salud, entre los cuales se encuentra la obesidad.

La falta de sueño puede engordar

Al parecer, según la ciencia, la falta de sueño (dormir menos de 7 horas de sueño por la noche) es un factor de riesgo para la obesidad.

En concreto, según indica el colegio público de salud de la Universidad de Harvard, un estudio de salud en un grupo de enfermeras encontró una asociación entre quienes dormían menos por las noches (5 horas o menos) y tenían el IMC más alto y el mayor aumento de peso.

Una razón puede ser una interrupción en las hormonas del apetito que regulan la sensación de hambre (mediada por una hormona llamada grelina) frente a la satisfacción (de la que se ocupa la leptina).

La falta de sueño engorda. ¿Mito o realidad?

Cuando dormimos poco y tenemos sueño, los niveles de grelina aumentan, mientras que los niveles de leptina disminuyen. A raíz de esto, puede ocurrir que tengamos una sensación de hambre más fuerte a la vez que nos sentimos menos saciados después de comer.  Además, el riesgo de hambre también aumenta simplemente por el hecho de estar despierto más tiempo, lo que prologa el tiempo desde la última comida hasta la hora de acostarse.  

En este sentido, parece que en estas ocasiones se prefieren alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Aunque según indican los expertos, la falta de sueño también puede hacer que las áreas de “recompensa” en el cerebro anhelen alimentos ricos en grasas y calorías.

Aunque podríamos pensar que la falta de sueño engorda debido a que estamos más tiempo activos y despiertos y, por tanto, consumir más calorías, lo cierto es que los estudios no apoyan esta teoría. En concreto, no se ha encontrado ningún aumento considerable en el gasto de energía con respecto a la falta de sueño.

Otros efectos de la falta de sueño en la posibilidad de engordar radican en un mayor almacenamiento de grasa en el área del abdomen, un índice de masa corporal más alto, una dieta de peor calidad y una menor sensibilidad a la insulina.

Además, otros estudios han demostrado que dormir más de 9 horas se asocia con el desarrollo de grasa abdominal en comparación con dormir de 7 a 8 horas por la noche.

Cambios hormonales en el hambre y la saciedad en estudios de restricción del sueño

Se han observado cambios en los niveles hormonales que indican hambre o saciedad en estudios clínicos de restricción del sueño.

Por su parte, la leptina es una hormona asociada con la satisfacción. Cuando los alimentos llegan al estómago, la leptina se libera de las células grasas y viaja al cerebro, donde le indica al cuerpo que deje de comer creando una sensación de saciedad.

Las personas con obesidad pueden tener niveles muy altos de leptina. Parece que, cuanta más grasa corporal se tiene, más leptina se produce en las células grasas. Sin embargo, puede darse una condición llamada resistencia a la leptina en la que el cerebro no recibe la señal habitual de la leptina para dejar de comer. En respuesta a ello, se libera más y más leptina. Parece que aquellas personas que duermen menos podrían tener una mayor resistencia a la leptina.

Como ves, parece que eso que se dice de que “la falta de sueño engorda” no es un mito. En cualquier caso, por cuestiones de salud (ya sea por riesgo de engordar o no) lo mejor es asegurarnos de dormir las horas necesarias cada noche. Para ello, ¡no dudes en hacerte con un buen equipo de descanso!