Mareo al tumbarse: ¿qué significa y por qué se produce?

¿Alguna vez has oído hablar del vértigo postural paroxístico benigno? Es muy posible que no. Pero, ¿y si te decimos que se trata de la sensación de mareo al tumbarse?
¿Por qué a veces nos mareamos cuando nos tumbamos en la cama? Causas y síntomas de un problema más común de lo que imaginamos
Es una sensación que ocurre dentro de nuestra cabeza y en la que, de repente, todo nos da vueltas. Son episodios breves de mareos que pueden oscilar entre la levedad y la más absoluta intensidad. Hablamos de los mareos que se reproducen cuando nos tumbamos, una explicación de índole popular que se refiere al vértigo postural paroxístico benigno.
Conocido como uno de los causantes principales del vértigo, la variante conocida como postural paroxística benigna se suele producir por realizar cambios determinados en la posición de la cabeza. Por ejemplo, inclinarla hacia arriba o hacia abajo. Exactamente, movimientos que realizas cuando nos acostamos en la cama cada noche. De ahí la relación constante con el descanso.
Sin resistir por regla general ningún tipo de gravedad, estos mareos o vértigos pueden perjudicar nuestro día a día. Sin ir más lejos, aunque normalmente nos pueden venir cuando nos acostamos, existen ocasiones en las que podemos estar de pie, sufriendo así riesgos de caídas.
El vértigo postural no ha encontrado a día de hoy una causa conocida y concreta. Sin embargo, cuando se puede determinar su origen principal, suele ir relacionado con ciertos golpes en la cabeza que hemos podido sufrir. Otras causas frecuentes viran en torno a determinados trastornos que dañan el oído interno. En este último origen, este daño se puede haber generado tras una intervención quirúrgica. Y, aún más chocante por lo extraño, incluso tras haber estado postrado en una silla durante varias horas. Por ejemplo, una visita al dentista.
Otras causas apuntan a las terribles migrañas, la toma de diversos y determinados medicamentos (sobre todo en personas mayores), la hipotensión (presión arterial baja) y, sobre todo, problemas de índole psicológico como ataques de pánico, ansiedad y la sensación de angustia que puede llevar a taquicardias, palpitaciones o sudoración excesiva.

Entre los síntomas, encontramos mareos, náuseas, vómitos, inestabilidad, pérdida del equilibrio, vértigo y sensación de que tú o el lugar donde te encuentras da vueltas.
Cómo combatir contra estos mareos a través de una mejora del equipo de descanso
Si bien es cierto que parte de estos mareos vienen relacionados con problemas físicos y enfermedades como las anteriormente relatadas, nuestro equipo de descanso puede jugar un factor primordial en la mejora o empeoramiento de sus síntomas.
Como ya hemos comentado, uno de los orígenes de estos mareos viene precedidos por determinados movimientos que realizamos cuando estamos acostados. Por ello, nada mejor que equiparnos con ciertos elementos del descanso que pueden mejorar nuestra movilidad.
Para evitar esas malas posturas podemos comenzar por adquirir una cama articulada. Gracias al motor eléctrico que permite a sus usuarios modular tanto la inclinación de la cabeza como la de las piernas, convertiremos al colchón en un elemento móvil que será quien se adapte a nuestras posturas. Nunca al revés.
Esa facilidad que ofrecen las camas articuladas para adoptar posiciones inclinadas se puede ver reforzada a través de según qué tipos de almohadas. Para esta combinación que nos ayude a evitar los mareos tendremos que preguntarnos en qué posición dormimos, si tendemos a sudar por las noches y la sensación que más nos reconforta.
Una vez contestadas estas preguntas, encontraremos una almohada cuya firmeza, transpiración y altura beneficiará los movimientos de nuestro cuello. Cuando evitemos estos bruscos cambios y una inclinación de la cabeza más regular y orgánica, iremos omitiendo la aparición de los mareos.