Pros y contras de dormir con la calefacción en invierno

Dic 15, 2020 | CONSEJOS, DESCANSO

Sabemos que la temperatura ideal para poder conciliar el sueño depende de nuestras edades. En el caso de los adultos, está entre los 15 y los 22 grados centígrados. En las personas mayores, será algo mayor y oscilará entre los 19 y los 21 grados centígrados. Por último, los bebés y los niños más pequeños encontrarán en la horquilla de los 18 y los 21 grados. Pero, ¿y qué ocurre en invierno? ¿Nos sentimos reconfortados con los mismos dígitos? ¿Influye el frío que hace en la calle y que no nos quitamos del cuerpo salvo que optemos por la opción de dormir con la calefacción? ¿Es positivo para nuestra salud esto último?

¿Por qué no deberíamos dormir con la calefacción en invierno?

Dependiendo de la zona del país en la que vivas y de los grados ambientales con los que te toque lidiar por la calle, es más que probable que te pases el invierno dejándote tentar por la calefacción central a la hora de dormir. Como si fuera la manzana que mordió Eva en el paraíso, una especie de tentación en que te pasas toda la noche con el termostato a tope. Algo que, según ciertas investigaciones, podría no ser bueno para nuestra salud.

La típica jugada de dejar la calefacción encendida mientras dormimos debajo de mantas, nórdicos y rellenos, puede acabar convirtiéndose en una noche de inquietud, pesadillas y, sobre todo, un aumento innecesario de la temperatura de nuestro cuerpo. Un sobrecalentamiento que no nos va a permitir dormir con profundidad, lo cual no solo va a desembocar en un peor rendimiento al día siguiente, sino que también amaneceremos con la piel seca y enrojecida, además de una ansiedad desconocida para nuestro estado de ánimo habitual.

Desde la comunidad científica se recomienda que, para que nos quedemos dormidos de una manera más rápida y, sobre todo, con mayor profundidad, lo ideal es disponer de temperatura ambiental en nuestra habitación un poco más fresca de lo que el imaginario colectivo cree. Mientras pensamos que, como en la calle hay 5º, para compensar lo mejor es poner nuestro dormitorio a 30º, la temperatura perfecta para nuestro cerebro sería la de los ya comentados 22 grados centígrados.  Así, nuestro cerebro permanecería a menor temperatura que resto de nuestro cuerpo, lo cual ayudaría a nuestro ritmo circadiano.

Según una investigación científica realizada en la Universidad del Sur de Australia, las personas que sufren de insomnio tienden a tener una temperatura corporal más alta cuando se acuestan, algo que provoca una peor disminución del sueño.

Por último, y según indican expertos en el sector del descanso y de la salud, hay que dormir con la calefacción puede crear cierta sequedad en el dormitorio. Un ambiente que, además de ser poco agradable, puede favorecer a la proliferación de bacterias y, según indican, llegaría a aumenta el riesgo de padecer enfermedades como gripe o conjuntivitis.

Pero, entonces… ¿no existen ventajas a la hora de dormir con la calefacción encendida toda la noche?

Tras lo visto en el apartado anterior, habrás podido comprobar que no existen muchas ventajas de dormir con la calefacción encendida (salvo el mero hecho de que no vas a pasar frío en invierno). Sin embargo, como sabemos que no podemos decidir por ti, en el caso de que prefieras optar por esta opción, sí deberías aceptar ciertas recomendaciones para que sus efectos secundarios produzcan menos mella en tu salud y bienestar.

Para empezar, es muy recomendable que realices controles periódicos de tu calefacción central a través del personal especializado. Gracias a estas revisiones, podrás evitar cualquier tipo de mal funcionamiento en tu dispositivo y, con ello, menguar los contras que ofrece el hecho de dormir con el termostato por las nubes.

Por otro lado, y como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, sí decides dejar puesta la calefacción durante toda la noche, intenta regular la temperatura entre los 18 y los 22 grados recomendados para una buena noche de descanso.