¿Puede la falta de sueño intervenir en las expectativas de vida?
El hecho de que nuestro cuerpo necesita descansar una media de ocho horas es algo que todos sabemos. Y es que dormir es fundamental tanto para nuestra salud física como para nuestra salud mental, y la ciencia ha podido comprobarlo mediante estudios científicos.
Este descanso ha de ser, además de suficiente, reparador. Por tanto, dos factores fundamentales deben estar en orden para un buen descanso: el tiempo que se duerme, por un lado, y por el otro la calidad de sueño que se tiene durante este tiempo que permanecemos dormidos.
Aunque cada persona tiene unas necesidades concretas en cuanto al descanso, la falta de sueño de calidad puede ser incluso peligrosa en algunos casos. Y es que dormir permite que nuestro cuerpo funcione de manera correcta.
Entre sus beneficios, ha podido verse que dormir hace que asimilemos bien la información recogida a lo largo del día. Además, mientras dormimos, nuestro organismo también “recarga” los diferentes sistemas que lo componen.
¿Qué problemas pueden derivarse de la falta de sueño?
Un buen descanso es clave para la salud, y se ha podido ver que la falta de este puede derivar en múltiples consecuencias para la salud que tarde o temprano acaban aflorando. Entre ellos, podemos encontrar desde problemas de salud mental (como la ansiedad o la depresión) hasta dolores de espalda, pasando por una infinidad de enfermedades que se han visto relacionadas con la falta de sueño.
Para empezar, la falta de sueño podría incrementar el apetito, así como las ganas de comer. Y es que al parecer, cuando no somos capaces de conciliar el sueño, nuestras hormonas sufren un desajuste que nos conduce a tener una sensación de hambre. En concreto, dormir seis horas o menos podría tener un papel en la liberación de una de las hormonas relacionadas con el apetito, la grelina. Así lo confirma una investigación publicada en la revista Journal of Academy Nutrition and Dietetics. Esto podría derivar en enfermedades como la obesidad.
Además, según una publicación de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, el déficit de sueño incrementaría las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Así, aquellas personas que duermen menos de seis horas tienen hasta un 400% más de riesgo de presentar un accidente cerebrovascular que aquellas que duermen al menos 7 horas.
En cuanto a la memoria, es conocido el hecho de que, cuando estamos cansados, olvidamos las cosas más fácilmente. Sin embargo, parece importante señalar que la falta de sueño de forma crónica podría ocasionar problemas en nuestro sistema cognitivo.
Ocurre que, durante el sueño, se llevan a cabo los procesos de almacenamiento de la memoria, lo que permite “reordenar” el material cognitivo aprendido. De no descansar lo suficiente, no nos beneficiamos de esta “reordenación” y podría darse un deterioro cognitivo.
Dormir poco también podría aumentar el riesgo de sufrir diabetes. Los adolescentes que no duermen bien ofrecen más resistencia a la insulina. Así lo aseguran investigaciones llevadas a cabo en torno a este tema. Y es que parece haber una estrecha relación entre un mal descanso y las posibilidades de desarrollar diabetes a medio o largo plazo.
Un mal descanso también produce un deterioro de los huesos. Según una investigación llevada a cabo por el Medical College de Wisconsin, la falta de sueño podría producir osteoporosis. La investigación fue realizada con ratones, y los científicos pudieron ver que la densidad mineral y estructural de la masa ósea y la médula espinal se vio mermada en los roedores que sufrieron una privación de sueño.
Al parecer, la privación de sueño también puede causar un desequilibrio químico y hormonal (como ya sabemos), que puede conllevar el desarrollo de trastornos cardíacos, según un estudio publicado en la revista European Heart Journal.
Según otra investigación publicada en la revista Journal Sleep, aquellas personas que duermen menos de 7 horas tienen una esperanza de vida más corta. Parece que aquellas personas que duermen pocas horas son cuatro veces más proclives a morir en los siguientes 15 años a causa de diferentes patologías. ¿Podrían ser algunas de las que ya hemos nombrado?
Por tanto, parece ser que, por su relación con una gran cantidad de enfermedades así como con una esperanza de vida más corta, la falta de sueño podría disminuir las expectativas de vida en las personas. Un buen descanso es clave para mantenerse sano, tanto física como mentalmente.