Cabeceros infantiles originales para habitaciones modernas
Aunque sea, quizás, el elemento estético que más resalta en nuestro equipo de descanso, no debemos olvidar el cariz práctico que lo envuelve. Porque además de la decoración, el cabecero pone a nuestra disposición prestaciones higiénicas y protectoras entre nosotros y la pared. Una especie de muro acolchado, mullido y confortable que consigue proteger de la pared nuestra almohada y colchón. Pero además de este escudo, y sobre todo ahora que nos estamos dirigiendo a los usuarios más pequeños de la casa, los cabeceros infantiles para habitaciones modernas pueden ser tan originales como funcionales y útiles.
Diferentes estilos de cabeceros infantiles para las camas de los más pequeños
Y de repente, llega el día en el que princesas, dragones, vaqueros, superhéroes, astronautas y los animales antropomórficos que protagonizan las películas Disney dejan de ser del agrado de tus hijos. La rapidez con la que crecen los niños y su correspondiente maduración, hace que ciertos elementos decorativos que pueblan sus respectivos dormitorios dejen de tener vigencia casi de la noche a la mañana. Y extrapolado a los equipos de descanso, esto replica directamente a los cabeceros.
Así, de un plumazo, ese cabecero infantil deja de tener vigencia cuando tus peques tan solo cuentan con 8 años porque ya se consideran “muy mayores”, así que solo nos queda echar un vistazo a la web de Maxcolchon para encontrar las posibles soluciones.
Cabeceros con una estética más juvenil y atemporal, que los podrán acompañar el resto de su infancia, adolescencia e incluso cuando sean mayores de edad, son los que encontrarás en Maxcolchon. Modelos modernos que encajarán a la perfección con cualquier estilo de habitación, a la par que garantizarán todas las prestaciones prácticas relatadas anteriormente (protección e higiene).
Las opciones más polivalentes, que lo mismo te sirven para un dormitorio adulto que para el cuarto de tus hijos. Una variedad de cabeceros en los que podrás elegir la altura y el ancho que mejor se ajuste a la cama. Y como no, tienes a tu disposición una gran paleta de tonalidades disponibles en diferentes tejidos.
Los artesanales
Aunque hemos situado como telón de fondo que tus hijos han aborrecido la época de dragones, príncipes, princesas y dibujos animados, a lo mejor no ha sido así. En tal caso, siempre te queda la opción de las ideas más originales, aquellas que podemos realizar nosotros mismos. Si echas un ojo por redes sociales como Pinterest, encontrarás cabeceros hechos con piezas de Lego, otros modelos con la cara de Bob Esponja o incluso productos maravillosos a base de pintura y palés de madera. En cualquier caso, aunque abrazamos la originalidad y el “make yourself” (hazlo tú mismo), volvemos a los principios prácticos de los cabeceros: no solo funcionan a modo estético, por lo que este tipo de modelos no servirán para proteger las cabezas de nuestros hijos de posibles golpes.
Hago chas, y lo pinto en tu cuarto
Siguiendo la estela anterior que cubre todos los parámetros de originalidad y artesanía, existe la vertiente del cabecero inexistente pero que, sin embargo, sí se puede ver. Son los cabeceros pintados en la pared. Una estirpe infinita de opciones donde solo tu propia imaginación pondrá los límites. Aunque no sea la opción que más recomendamos por las prestaciones de las que carecen (protección e higiene), encontramos desde la vía de vinilo decorativo a la simple pintura. Por el camino, opciones de estilo que irán desde frases de canciones o de películas, dibujos animados, siluetas, garabatos y cualquier viñeta divertida que pueda hacer feliz a tu hijo a la hora de irse a dormir.