Colchón de agua: Los problemas de la ingravidez

Abr 30, 2021 | DORMITORIO, PRODUCTOS

Los colchones de agua tuvieron su momento de boom durante los años 70 y 80, convirtiéndose en un producto de moda sobre todo en Estados Unidos. La verdad es que este auge no les duró demasiado y actualmente no son muchas las personas que deciden dormir en este tipo de camas.

Te contamos algunos de los problemas más comunes de dormir sobre colchones de agua y los riesgos que se corren al adquirir este tipo de colchones como equipo de descanso para tu día a día.

Problemas de dormir en colchones de agua

1. Problemas de ingravidez

Aunque una cama de agua no genera exactamente un estado de ingravidez mientras se duerme, sí puede ocasionar algunos problemas relacionados con ella.

Por lo visto, algunas personas pueden no adaptarse de forma adecuada a un colchón de agua debido a la sensación de caída al vacío. ¿A quién no le ha pasado despertarse sintiendo que vamos a caer? Esta sensación es conocida como sacudida hípnica y se trata de un fenómeno normal y natural. No obstante, puede suponer una experiencia un tanto desconcertante y aterradora. Es posible que las camas de agua pudiesen agravar esta sensación en algunas personas, pudiendo provocar despertares nocturnos involuntarios. Además, también se está estudiando la posible pérdida de masa muscular al dormir en un estado de aparente ingravidez, similar a lo que les sucede a los astronautas en el espacio.

2. Problemas al dormir en pareja

Las camas de agua no son especialmente recomendables para aquellos que duermen en pareja. Y es que, cuando una de las personas se mueve, esta acción repercute sobre el otro durmiente pudiendo interrumpirle el sueño. En este sentido no tienen gran independencia de lechos.

Además, en el caso de dormir con otra persona, los problemas de equilibrio y estabilidad aumentan si hay mucha diferencia entre el peso de ambos durmientes. Esto puede provocar que uno de los dos termine más hundido y el otro caiga hacia el centro de la cama.

3. Mantener la temperatura del agua

A parte del dinero de la cama de agua, tenemos que tener en cuenta el gasto que supone tener el agua siempre a una temperatura idónea, alrededor de los 30º. Y es que los colchones de agua suelen incorporar un regulador de temperatura para que no sientas que estás durmiendo sobre una colchoneta en medio del río.

Como consecuencia, es probable que tu factura de la luz se incremente de forma notable cada mes. Esto es algo que debe valorarse antes de comprar este tipo de colchones.

4. Problemas de ruído

Al dormir en un colchón de agua se suelen generan numerosos ruidos debido al movimiento del agua en su interior.

5. Requieren de un mantenimiento

La mayoría de estas camas requieren un continuo mantenimiento y cuidado especial en comparación a un colchón convencional. Para su limpieza interior se suele emplear un líquido antialgas especial.

No obstante, este tipo de cuidados pueden provocar que el precio del colchón se incremente ligeramente y que sean más costosos de mantener. Por último, cabe decir que la media de vida de estos colchones es bastante baja, en torno a los 5 años dependiendo de modelos.

6. Existe el riesgo de que se perforen

Aunque este tipo de camas cada vez suelen ser más resistentes, siempre existe el riesgo de que se perforen. Por ello, hay que tener especial cuidado y nunca utilizar objetos punzantes o fumar cerca de la cama. En este sentido, es recomendable disponer de un kit repara pinchazos por si la cama sufriera alguna pequeña perforación o fuga.

7. Tienen un peso elevado

También debes saber que este tipo de camas pesan más que otras convencionales. Por ello, es necesario tener claro dónde colocar el colchón, ya que en el caso de querer moverlo de sitio habrá que vaciarlo y volver a llenarlo.

Para finalizar, en Maxcolchon recomendamos un colchón más estable por las razones que hemos comentado. Y es que cada vez se investiga más en  tecnología del descanso y en nuevos materiales para ofrecer un descanso que se ajuste a cada durmiente. Materiales como el látex, la viscoelástica o los muelles ensacados han evolucionado en los últimos años para garantizar una acogida del cuerpo óptima y eliminar cualquier punto de presión.

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