Cómo influye el horario de invierno en nuestro descanso

El cambio de hora que se realiza para adecuarnos al horario de invierno influye de manera fundamental en nuestro descanso. Dicha variación implica retrasar el reloj para que a las tres de la madrugada vuelven a ser las dos. Y aunque por un lado ganamos una hora de sueño que siempre es bienvenida, por el otro, esto provoca que nuestro organismo padezca algunos cambios de forma transitoria.
En todo caso, el proceso de adaptación perdura normalmente durante tres o cuatro días. Y es que la falta de luz diurna conlleva una serie de inconvenientes que en cierta medida contribuyen a alterar tanto el estado de ánimo como el desarrollo de las rutinas habituales.
Asimismo, con el horario de invierno ganamos luz en las primeras horas, pero del mismo modo la perdemos por la noche. Por consiguiente, la ausencia de luminosidad incrementa la activación de la producción natural de melatonina para favorecer de esa forma la conciliación del sueño.
No obstante, aunque la repercusión del cambio horario incide en todos nosotros, afecta en mayor medida a niños, gente mayor y personas que sufren algún tipo de enfermedad como por ejemplo la ansiedad y la depresión. Por ello, es conveniente prepararse con antelación y conocer los efectos de cómo influye el horario de invierno en nuestro descanso.
Para ayudarte a llevar de la mejor manera posible el cambio de hora sin que suponga una gran molestia en tu vida diaria, te sugerimos que eches un vistazo a los efectos que usualmente se suelen ocasionar:
Somnolencia y fatiga
El hecho de que anochezca antes puede provocar en algunas personas estados excesivamente relajados que inducen al sueño antes de la hora habitual. Para evitarlo, es aconsejable mantener durante el día una rutina para la realización de nuestras actividades.
El control horario de las costumbres nos ayudará a proteger a nuestro organismo de enfermedades y a la vez contribuirá a mejorar la capacidad intelectual. Por eso, es fundamental programar nuestros hábitos para que nuestro reloj biológico funcione correctamente y no afecte al rendimiento productivo del trabajo.
Para evitar la somnolencia, es aconsejable dejar para el atardecer alguna actividad que nos mantenga distraídos. Por ejemplo, realizar algo de ejercicio físico o simplemente salir a caminar será suficiente. Y sobre todo, evitar en la medida de lo posible las siestas, y es que aunque con el frío son muy tentadoras, no convienen en absoluto para conseguir un descanso nocturno efectivo.

Nerviosismo e irritabilidad
Por el contrario, la falta de luz solar facilita determinadas alteraciones en el estado anímico. En ese sentido, la sensación de oscuridad cuando todavía queda jornada por delante y sobre todo muchas cosas por hacer supone un trastorno que incluso puede provocar estrés.
Además, hay que tener en cuenta que amanece más tarde por lo que, en muchos casos, cuando nos levantemos seguirá siendo todavía de noche. Por ello, es normal que durante los primeros días del cambio horario de invierno nos sintamos más cansados con la impresión de no haber recuperado la energía suficiente durante el sueño.
Para solucionar este problema, nuestra sugerencia es aprovechar días antes de producirse el cambio horario para modificar progresivamente nuestra hora de irse a dormir. Por ejemplo, un pequeño truco es acostarse media hora más tarde y levantarse a la misma de siempre. Este simple gesto favorecerá el ajuste y posibilitará evitar episodios de insomnio.
Alteraciones alimenticias
El resultado de un descanso adverso también puede ocasionar desfases alimenticios que pueden perjudicar a nuestra salud. Así, otra de las consecuencias de cómo influye el horario de invierno es la tentación de comer mal y a deshoras.
Para solucionar el problema ocasionado por esta variación, es aconsejable intentar llevar una rutina equilibrada en las comidas y en las cenas. De ninguna manera interesa llenar el estómago antes de acostarse y mucho menos abusar, ya sea por nerviosismo o aburrimiento de estar picando entre horas.
Todo ello influye en gran medida en el resultado de la digestión y consecuentemente en el grado de satisfacción de nuestro relax. Por eso, en cualquiera de los casos debemos cuidar al máximo los alimentos que ingerimos. Procurar tomar alimentos saludables por la noche evitando en la manera de lo posible fritos, picantes y bebidas alcohólicas favorecerá poder conciliar el sueño fácilmente.
Ahora que ya sabes cómo influye el horario de invierno en nuestro descanso. ¡Abrígate y disfruta el invierno!