Cómo los ácaros afectan a tu descanso

Nov 30, 2020 | CONSEJOS, DESCANSO

Ácaros. Esa palabra que tanto escuchamos y que define a una especie de arácnido que habita en nuestras viviendas y solemos asociar con el polvo y la suciedad. Una definición popular que colinda bastante bien con la real y científica. Porque los ácaros son una subclase de arácnidos compuesta por miles y miles de especies. Si hasta hoy se han datado unas 50.000 clases distintas, la comunidad científica estima que podrían existir más de 100.000 que ni siquiera han sido catalogadas aún. Y muchos de ellos los tenemos en nuestros colchones.

¿Cómo puedo saber que mi colchón tiene ácaros?

Colchones, alfombras, almohadas, sábanas… Los ácaros que pueblan nuestras casas eligen especialmente estos elementos que disponemos en lugares como los dormitorios, siendo las camas su refugio ideal para situarse, hasta el punto de poder encontrar más de 2 millones de ácaros ¡solo en nuestros colchones!

Más propensos a aparecer y multiplicarse en épocas de altas temperaturas y habitáculos con niveles de humedad muy elevados, los ácaros que están en nuestras casas suelen tener un tamaño comprendido entre los 0,2 y los 0,5 milímetros. Es decir, son invisibles al ojo humano. Y, aunque no son alergénicos, sí lo son sus heces, las cuales disponen de un cierto tipo de proteínas que pueden llegar a desencadenar reacciones alérgicas, asma, rinitis alérgica o eczemas.

Precisamente, es a través de este tipo de alergias cuando podemos saber si nuestro colchón se ha convertido en un resort vacacional para estos pequeños bichitos que se alimentan de escamas de la piel muerta humana o animal:

– Alergia: Si sufres algún tipo de alergia y tu colchón contiene ácaros, los síntomas de tu enfermedad se multiplicarán cuando duermas o estés en la cama. Es decir, la mucosidad, el picor de nariz, los estornudos o la presión pectoral se intensificarán por la noche.

– Mayor cansancio y fatiga al levantarte.

– Picores: Más allá del picor de nariz motivado por alergias, también puedes sufrir picores en otras partes del cuerpo. Si te pica en exceso, es más que probable que tu colchón haya sido invadido por un ejército de ácaros.

– Eczemas: Si al levantarte por la mañana compruebas que tu cuello o tu cara tiene eczemas, sarpullidos, aparición de granitos e irritación de la piel, podrá ser también motivo de proliferación de ácaros en el colchón.

– Tos: Si tienes ataques de tos al poco de acostarte.

Como puedes observar, la aparición de estos pequeños bichitos que podíamos considerar inofensivos, puede repercutir en nuestra salud…pero también en nuestro descanso. La presencia de ácaros en nuestro colchón o almohada se hace especialmente perjudicial para todas las personas que tienen alergias. Tal y como hemos explicado, su proliferación agudiza e intensifica los síntomas de este tipo de enfermedades. Al final, ese picor, esa asma, los problemas respiratorios o los ojos rojos, lo único que provocan es una peor calidad del sueño. Y lo que debería ser una noche reparadora, se acaba convirtiendo en el inicio de un trastorno. Además, por razones lógicas, cualquier colchón que contenga esta clase de arácnidos va a ver muy menguada su estimación de vida útil.

Protege tu colchón de la aparición de ácaros y mejora tu salud, bienestar y descanso

Ya hemos explicado en qué consisten los ácaros, cuál es su fisionomía, cómo se alimentan y dónde suelen habitar. Al final, no dejan de ser una especie de arácnido tan diminuto y tan imperceptible para nuestro campo de visión que, añadido a la forma de reproducirse, nos va a resultar tarea imposible que no aparezcan. Sin embargo, lo que siempre estará en nuestra mano es minimizar su existencia y, con ello, las consecuencias que derivan en nuestra salud y nuestro descanso.

La higiene en todos sus ámbitos será el principal elemento con el que podremos enfrentarnos a estos pequeños bichos. Además de la obvia limpieza que debemos tener con nuestra vivienda y todas las habitaciones que la conforman, tendremos que poner especial mimo en el cuidado y la protección de nuestro colchón. Al fin y al cabo, la cama parece ser el parque temático con el que más disfrutan los ácaros.

El mejor elemento disuasorio con el que vamos a luchar contra su proliferación consiste en el uso de fundas de colchón y protectores. Utilizar este tipo de protección en colchones y almohadas impedirá que se configuren las condiciones más óptimas para la propagación de estos microorganismos. A menor humedad y mayor limpieza, menos número de ácaros.

Los protectores y cubrecolchones están elaborados con tejidos muy tupidos que impiden la aparición en la superficie de ácaros en colchón y almohadas. Así, nunca podrían estar en contacto con nuestra piel, evitando las alergias, las molestias y la falta de descanso.