Camas articuladas: Quién las necesita y cuándo son útiles

Las camas articuladas han ganado popularidad tanto en entornos hospitalarios como en hogares debido a su capacidad para ofrecer mayor comodidad y funcionalidad.
Este artículo de Maxcolchon explorará quiénes pueden beneficiarse de las camas articuladas y en qué situaciones se convierten en una herramienta invaluable para el bienestar y la salud.
Qué es una cama articulada
Las camas articuladas se componen de una base que ajusta su posición en función de las necesidades del durmiente. Esta base articulada puede tener una estructura de somier de láminas o de una base tapizada. Hablamos de lechos que ajustan la curvatura y la posición según la posición que convenga a los durmientes para descansar.
La estructura de una cama articulada es uno de sus elementos más distintivos. Las bases pueden estar hechas de materiales como madera o metal, proporcionando diferentes niveles de soporte y durabilidad. Mientras las versiones de somier de láminas permiten una mayor transpiración del colchón, las bases tapizadas ofrecen una apariencia más elegante y pueden proporcionar un soporte adicional.
En cuanto al sistema de ajuste, las camas articuladas pueden contar con mecanismos manuales o eléctricos. Los modelos manuales suelen tener palancas o manivelas que permiten al usuario ajustar la posición de la cama. Sin embargo, los modelos eléctricos son mucho más comunes debido a su facilidad de uso. Estos modelos incluyen un control remoto que permite ajustar la cama con solo presionar un botón, facilitando el cambio de posiciones sin esfuerzo.
Además de la base, otra característica importante es el tipo de colchón que se utiliza con las camas articuladas. Los colchones diseñados para estas camas son flexibles y pueden doblarse sin dañar la estructura interna. A nivel general, son modelos que están fabricados a través de materiales como látex, espuma viscoelástica o una combinación de ambos, que permiten un ajuste adecuado a las diferentes posiciones de la base.
Las camas articuladas también pueden estar equipadas con características adicionales para mejorar la experiencia del usuario. Algunos modelos incluyen funciones de masaje, que pueden ayudar a relajarse y aliviar tensiones musculares. Otros pueden tener iluminación integrada o puertos USB para cargar dispositivos electrónicos, añadiendo un nivel extra de comodidad y conveniencia.
Cuándo es útil comprar una cama articulada
Desde siempre una cama articulada han sido utilizadas por personas que sufrían algún tipo de enfermedad ya sea ósea o articular, o sufren de movilidad reducida, ya que permiten ajustar la posición para reducir el dolor y mejorar el proceso de curación.
Más allá de los problemas de salud que nos obligan a adaptar nuestra habitación. Uno de los últimos usos más extendido es contar con una cama articulada por el mero hecho de mejorar el confort y el placer de estar en la cama.
Quién necesita una cama articulada
¿Qué tipos de personas utilizan una cama articulada para su descanso? Hay tres situaciones principales donde decantarse por una de estas:
- Para las personas que padecen algún tipo de dolencia ósea o en las articulaciones y tienen movilidad reducida
Este tipo de personas buscan una postura especial durante su descanso. Una cama articulada permite adoptar una postura que mantiene la espalda recta y fija en la posición recomendada.
En este caso, la persona no solo utiliza la cama articulada para su descanso, sino que pasa la mayoría del día en ella. La cama ejerce como lugar principal en la rutina diaria, incluso para actividades tan rutinarias como comer.
- Para aquellas personas que desean incrementar el confort, para aquellas personas que utilizan su equipo de descanso para hacer más cosas que dormir. Trabajar, estudiar, leer un libro o incluso ver la televisión pueden ser actividades que se pueden hacer desde una cama articulada. Este modelo responde menos a algún tipo de necesidad.
Por qué las camas articuladas son útiles para los enfermos
Una de las principales razones por las que estas camas son útiles es que permiten a los pacientes adoptar posiciones específicas que pueden aliviar el dolor y mejorar la comodidad. Para quienes padecen enfermedades crónicas como la artritis o la esclerosis múltiple, la posibilidad de ajustar la cama puede significar una reducción significativa del dolor al redistribuir la presión en diferentes áreas del cuerpo.
Además, las camas articuladas son esenciales para pacientes con problemas respiratorios. Dormir en una posición semi-incorporada puede facilitar la respiración, reducir los episodios de apnea del sueño y disminuir el riesgo de infecciones respiratorias. Este ajuste también es beneficioso para pacientes con insuficiencia cardíaca, ya que ayuda a reducir la acumulación de líquidos en los pulmones.
Para aquellos que han sufrido cirugías recientes, las camas articuladas permiten una recuperación más cómoda y efectiva. Al ajustar la posición de la cama, se puede minimizar el riesgo de complicaciones postoperatorias como coágulos de sangre y úlceras por presión. Además, facilita el proceso de levantarse y acostarse, lo que es crucial durante el periodo de recuperación.
Las camas articuladas también son un gran apoyo para los cuidadores. Al poder ajustar la altura y la inclinación de la cama, se reduce el esfuerzo físico necesario para mover o asistir al paciente, lo que disminuye el riesgo de lesiones tanto para el cuidador como para el paciente.
En definitiva, las camas articuladas representan una inversión con múltiples beneficios para el cuidado o automantenimiento de personas que han de permanecer largos periodos tumbados, ofreciendo beneficios que van más allá de la comodidad, mejorando significativamente la calidad de vida y la recuperación.
Beneficios de las camas articuladas
Las camas articuladas ofrecen una variedad de beneficios que las convierten en una opción preferida tanto en entornos hospitalarios como domésticos.
Uno de los principales beneficios es la mejora de la circulación sanguínea. Al permitir que el usuario eleve sus piernas, estas camas pueden reducir la hinchazón y mejorar el flujo sanguíneo, lo cual es particularmente útil para personas con problemas circulatorios o edema.
Otro beneficio significativo es el alivio del dolor y la presión. Las camas articuladas permiten distribuir el peso del cuerpo de manera más uniforme, reduciendo la presión en zonas sensibles como la espalda baja, las caderas y los hombros. Esto es especialmente beneficioso para personas que padecen enfermedades crónicas como la artritis o la fibromialgia, proporcionando un alivio considerable del dolor.
La mejora en la calidad del sueño es otro de los beneficios clave. Al permitir ajustar la cama a una posición óptima, se puede reducir la apnea del sueño y el reflujo gastroesofágico, problemas que afectan la calidad del descanso. Para aquellos que necesitan pasar largos periodos en cama, la capacidad de cambiar de posición es crucial para prevenir úlceras por presión y mejorar el bienestar general.
Las camas articuladas también ofrecen beneficios prácticos. Los modelos con características adicionales, como funciones de masaje, iluminación integrada y puertos USB, añaden un nivel extra de comodidad y conveniencia. Para los cuidadores, estas camas facilitan enormemente las tareas de cuidado diario, permitiendo ajustar la posición del paciente sin esfuerzo físico significativo.