Los clásicos: Ventilador o aire acondicionado

Ago 17, 2020 | CONSEJOS, DESCANSO

De manera constante, en esta vida nos hemos visto expuestos o incluso obligados a decantarnos por un bando u otro: Real Madrid o Barça, izquierda o derecha, campo o playa, verano o invierno, papá o mamá, comedia o drama… De esta manera, y muy poco a poco, casi todas las decisiones que hemos ido tomando parecían estar predestinadas a dos opciones. Extrapolado al verano y a nuestro bienestar, la gran cuestión vital pone su vista en dos elementos. Dos variantes con un único fin pero que, dependiendo de la persona, encontrará una solución u otra: ¿Ventilador o aire acondicionado? ¡Que comience la pelea!

“Y tú, ¿eres de ventilador o de aire acondicionado?”

Con la llegada del verano, una serie de elementos más o menos indeseables aparecen detrás de él. Si por el lado bueno nos encontramos las vacaciones, la playa, los viajes o disponer de más tiempo para hacer planes con los amigos, en el lado negativo vemos cómo aparece el calor excesivo, los bares favoritos que cierran o las temibles cucarachas. Pero si queremos poner el foco en el factor que más incidencia tiene en el verano, ese será sin duda el calor.

Aunque solo exista una misma sensación de calor, lo que sí encontramos son varias maneras de enfrentarnos a él. Desde las más rudimentarias (pasarse el día en el sofá sin mover un músculo lo más mínimo) a las más obvias (pegarse un buen chapuzón en la piscina). Pero como no todo el mundo tiene el mismo nivel adquisitivo y las piscinas o las playas no están al alcance de todos, nos quedan dos muros de contención contra el calor. Por un lado, el aire acondicionado. Por otro, el tradicional ventilador.

Concebido en 1902 por Willis Carrier, el aire condicionado moderno nació como una especie de máquina que controlaba la humedad ayudándose de unos tubos enfriados. Así nacía la primera unidad de climatización de la historia. Un invento que progresivamente fue cogiendo forma de electrodoméstico. Algo que no podía faltar en los hogares del mundo. Poco a poco, y con el paso de las décadas, se fue extendiendo su uso en los lugares más calurosos de Occidente, popularizándose en España en la década de los 90.

Si el año en el que se inventó el aire acondicionado te ha sorprendido porque pensabas que habría sido diseñado más tarde, aún vas a sorprenderte más cuando te digamos que el ventilador apenas le saca un par de décadas. Concebido en 1886 por el norteamericano Wheeler, su tamaño pequeño que permitía ubicarlo sobre cualquier superficie supuso toda una revolución. Casualmente, de manera paralela en Alemania se estaba extendiendo una variante de este pequeño objeto: los ventiladores de techo. En esta ocasión, inventado por el ingeniero Philip Diehl. Así, gracias a su formato y coste económico, el uso del ventilador se multiplicó exponencialmente, convirtiéndose en toda España en un fenómeno que no podía faltar en las casas.

Ventajas y desventajas del aire acondicionado

Posiblemente estemos hablando de una batalla desigual. Casi como David contra Goliat, lo lógico es pensar que el aire acondicionado tiene más adeptos. Pero como pretendemos establecer un debate justo, nada mejor que exponer las ventajas y desventajas de cada uno de estos dos elementos indispensables e intrínsecos del verano.

El aire acondicionado, con su mayor capacidad y un mayor coste doméstico en su compra e instalación, dispone de las siguientes ventajas:

– Cuenta con un sistema de deshumidificación, el cual quita la humedad del ambiente.

– Por regla general, muchos cuentan con un sistema de eliminación del aire caliente, amén de contar con su versión invernal: una bomba de calor que nos calienta cuando más lo necesitamos.

– Circula y renueva el aire.

– Es rápido y efectivo, en pocos minutos podemos convertir nuestro salón en Finlandia.

Ojo, no es oro todo lo que reluce. Y como otros aparatos que nos facilitan la vida, he aquí sus tres principales desventajas:

– Aunque el desarrollo tecnológico ha avanzado y minimizado así los costes, su compra e instalación sigue sin ser apta para todas las economías familiares.

– En el mismo sentido, su uso excesivo puede disparar la factura de la luz.

– Resecan el ambiente y, con ello, nuestra piel y nuestra mucosa. Cuidado con utilizarlo para dormir o al día siguiente puede que no encuentres tu garganta.

Ventajas y desventajas del ventilador

Tradicional como pocos dispositivos domésticos, has crecido con el ventilador. Lo tenían tus abuelos en el pueblo cuando eras pequeño y lo disfrutas ahora en tu oficina donde trabajas con un ordenador. Y todo porque han evolucionado en forma y fondo. Los hay con aspas, con forma de torre, de pared, de techo o con connotaciones de climatizador. Y casi todos vienen con diferentes funciones y velocidades:

– El precio. Por unos 20 euros puedes suavizar tu verano con una versión modesta. Conforme vayas subiendo en presupuesto, más funciones encontrarás.

– No hay que instalarlos y prácticamente los puedes situar en cualquier superficie.

– De la misma manera, son portátiles. Puedes llevarlos a tu casa de verano.

– Consumen menos luz que los aires acondicionados, algo que agradecerá tu factura.

Y ahora, las desventajas:

– No sirven para enfriar el aire por lo que, durante las olas de calor (o con temperaturas superiores a 30 y tantos grados, son poco efectivos.

– Funcionan de manera más efectiva cuanto más pequeña es la habitación.

– Algunos son bastante ruidosos.

 

Después de todo, ¿con cuál te quedas? ¿eres más de ventilador o de aires acondicionado? Sea cual sea tu elección lo realmente importante es evitar el calor las noches de verano. Para este fin, no debemos olvidar que nuestro colchón también influye directamente. Los colchones que cuentan con mayor transpirabilidad permiten evacuar el calor corporal que desprendemos cada noche, mitigando considerablemente el aumento de temperatura entre nuestras sábanas.