Dormir con la Boca Abierta: Riesgos, Causas y Soluciones

La forma natural de dormir es con la boca cerrada. Aunque pueda parecer algo irrelevante, dormir con la boca abierta afecta negativamente a la calidad del sueño y puede incluso desembocar en problemas de salud. Entre las consecuencias de dormir con la boca abierta, se encuentran los ronquidos, el asma o trastornos del sueño como la apnea. A continuación, te contamos cómo puedes evitarlo.
Causas y razones de dormir con la boca abierta
Dormir con la boca abierta es señal de estar respirando por la propia boca durante la noche. El principal motivo para ello suele ser un bloqueo de los conductos nasales. Otra posible causa es que hayamos adoptado una incómoda posición en la que los músculos no consiguen mantener la posición. En definitiva, estas son las causas principales.
Congestión nasal: La obstrucción de las vías respiratorias superiores debido a alergias o problemas respiratorios puede llevar a dormir con la boca abierta para facilitar la respiración.
Respiración oral: Algunos durmientes tienen el hábito de respirar por la boca en lugar de por la nariz, lo que puede continuar durante el sueño, causando la apertura de la boca.
Problemas de obstrucción de las vías respiratorias: La apnea del sueño y los ronquidos pueden obligar a las personas a abrir la boca para obtener más oxígeno durante la noche.
Factores ambientales: El ambiente de la habitación, especialmente si es caliente o seco, puede causar sequedad en la boca y la garganta, lo que lleva a dormir con la boca abierta.
Sequedad bucal y problemas de salud bucal: Dormir con la boca abierta puede provocar sequedad bucal, aumentando el riesgo de caries, enfermedades de las encías y mal aliento debido a la falta de saliva.
Cómo saber si dormimos con la boca abierta
Detectar si se duerme con la boca abierta puede ser tan obvio y evidente como que alguien nos observe mientras estamos durmiendo. Pero, además, existen otras maneras que nos ayudarán a nosotros mismos a descubrirlo.
Por ejemplo, despertar con sequedad bucal es otro indicio común de este hábito, ya que al respirar por la boca, la saliva no circula adecuadamente, causando sequedad y malestar al despertar. Los ronquidos también son un signo revelador, ya que el paso de aire libre por la boca puede provocar vibraciones en los tejidos blandos de la garganta, generando estos sonidos tan característicos y molestos si dormimos en pareja.
Los síntomas al despertar también pueden indicar si se ha dormido con la boca abierta. Es decir, padecer un dolor de garganta o irritación al despertar puede ser una señal de haber respirado por la boca durante la noche, debido a la sequedad y falta de humedad en la garganta. De la misma manera, la fatiga y somnolencia diurna pueden ser consecuencia de un sueño de baja calidad, afectado por la respiración inadecuada que interrumpe el ciclo normal del sueño, resultando en un despertar cansado y con poca energía.
Consecuencias y problemas de dormir con la boca abierta
Los ronquidos son muy molestos, pero además afectan negativamente a nuestro descanso. Roncar habitualmente puede desembocar en trastornos serios como la apnea.
Otra de las consecuencias habituales de dormir con la boca abierta es la aparición del asma o el empeoramiento de los síntomas. Al respirar por la boca, el aire no pasa por los filtros nasales y todas las partículas que se acumulan en nuestras sábanas y cama acceden directamente a los pulmones.
Existen diferentes razones por las que puedes estar durmiendo con la boca abierta. Habitualmente sucede a las personas que tienden a respirar por la boca. La solución pasa por practicar la respiración nasal. Existen múltiples ejercicios con los que podrás acostumbrarte a respirar correctamente. Otra solución pasa por elevar la postura de la cabeza, para lo que podrás utilizar una almohada más firme o más alta. Con una postura más elevada conseguirás mantener los orificios nasales más abiertos.

Dormir con la boca abierta es, en resumen, peligroso para nuestras vías respiratorias dadas las complicaciones que pueden generarse a partir de este hábito (como el asma o la apnea, por ejemplo).
Pero además, expertos advierten del peligro de dormir con la boca abierta para el aumento del riesgo de sufrir caries. De hecho, un estudio publicado en la revista Journal of Oral Rehabilitation lo avala. Este estudio fue elaborado por investigadores del Instituto de Investigación Sir John Walsh de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. Los investigadores se centraron en observar el pH bucal de 10 voluntarios sanos. De esta manera, los participantes en el estudio durmieron, en días alternos, con una pinza en la nariz que les impedía respirar por ella, haciendo que tuvieran que respirar por la boca.
Analizando las mediciones, los investigadores determinaron que cuando los participantes respiraban por la boca, el pH descendía y se volvía más ácido, llegando a valores de hasta 3,6. Este dato es preocupante, dado que los dientes comienzan a desmineralizarse a partir de valores de 5,5.
Cuando los participantes respiraban por la nariz, el valor del pH promedio era 7 (neutro). Por lo que la investigación pudo concluir que el hecho de respirar por la boca a la hora de dormir puede favorecer la aparición de caries y/o otros problemas bucodentales. También la erosión y la desmineralización de los dientes.
Consejos para dormir con la boca cerrada
Aunque no siempre va a depender de nosotros mismos, existen una serie de consejos que nos pueden facilitar el dejar de dormir con la boca abierta.
- Mantener las vías respiratorias despejadas
Es la premisa fundamental. Dormir con la boca abierta depende en gran medida de que las vías respiratorias no estén libres. Para evitarlo, podemos hacer uso de un humidificador para mantener el aire húmedo y evitar así la congestión nasal.
- Probar la respiración nasal
Es obvio, pero practicar la respiración nasal durante el día puede ayudar a entrenar al cuerpo para que respire por la nariz durante el sueño. Esto incluye realizar ejercicios de respiración profunda y técnicas de yoga.
- Utilizar una almohada adecuada
Elegir una almohada que nos mantenga la cabeza y el cuello en una posición neutral durante la noche es otra de las claves para evitar dormir con la boca abierta. ¿Por qué? Porque una almohada mal elegida, ya sea demasiado alta o demasiado baja, puede dificultar el cierre natural de la boca. Para evitarlo, debemos escoger un modelo que se ajuste a nuestra postura de sueño.
- Probar dispositivos bucales
Para aquellos que experimentan dificultades crónicas para mantener la boca cerrada mientras duermen, es recomendable consultar con su dentista de confianza. Y es que existen dispositivos bucales diseñados específicamente para este propósito que pueden ayudar a mantener la mandíbula en una posición que facilite el cierre de la boca durante la noche.
- Practicar la relajación muscular
Antes de ir a dormir, es importante dedicar unos minutos a practicar técnicas de relajación muscular para reducir la tensión en la mandíbula y el cuello. Estiramientos suaves, masajes o ejercicios de relajación pueden ayudar a preparar el cuerpo para un sueño más tranquilo y reparador.
Conclusión
Dormir con la boca abierta puede parecer un hábito inofensivo, pero tiene repercusiones significativas en la calidad del sueño y la salud bucal: Ronquidos, sequedad bucal, dolor de garganta y hasta fatiga diurna son solo algunos de los síntomas asociados con este hábito. Además, puede aumentar el riesgo de trastornos respiratorios como la apnea del sueño y el asma, así como el riesgo de caries y otros problemas dentales.
Sin embargo, en este artículo hemos aprendido que podemos adoptar algunos consejos simples, como mantener las vías respiratorias despejadas, practicar la respiración nasal, utilizar una almohada adecuada, probar dispositivos bucales y practicar la relajación muscular, que nos ayudará a evitar dormir con la boca abierta y mejorar la calidad del sueño y la salud en general.