Descanso activo: muévete en tu periodo de relax

Dic 4, 2022 | DESCANSO | 0 Comentarios

El descanso activo ha llegado para revolucionar nuestra forma de comunicarnos con nuestro cuerpo. Este método de relajación activa nos permite seguir en contacto con el deporte, a la par que descansamos los músculos y nos recuperamos físicamente.

¿Qué es el descanso activo?

Cuando entrenas entre cuatro y seis días a la semana, el resto de jornadas las dedicamos al descanso. Más allá de la corriente más popular que defiende la completa relajación en esos días en los que no salimos a entrenar, existe una nueva forma de recuperación denominada descanso activo.

El descanso activo, como su propio nombre indica, es el periodo en el que descansamos de nuestro ejercicio físico habitual mientras seguimos entrenando. Es decir, lo que realmente reducimos es la carga de intensidad y ritmo con el objetivo de disminuir también el esfuerzo, pero nunca llegando a la inactividad.

El descanso activo se puede aplicar con diferentes frecuencias y actividades, ya que no implica repetir nuestro deporte habitual. Es decir, si eres un runner que sale a correr cada día una media de 10 kilómetros, el descanso activo te permitirá ir a una piscina para nadar durante 20 minutos a un ritmo suave.

El objetivo del descanso activo es mantener nuestros músculos y articulaciones en circulación, a la par que descansan del ritmo acostumbrado.

¿Qué beneficios tiene el descanso activo para el cuerpo?

1. Ayudan a mantener el ritmo

Las lesiones pueden ocurrir por la transición abrupta entre la carga física diaria que interrumpimos con el descanso pasivo. El hecho de pasar de un entrenamiento duro a un descanso total no es beneficioso para nuestros músculos. El descanso activo soluciona este inconveniente.

2. Mejoran la circulación de la sangre

La circulación sanguínea mejora cuando las personas realizamos actividades aeróbicas diarias. Aunque tengan una carga física suave, nuestra circulación ya será capaz de experimentar los beneficios de ese descanso activo. En definitiva, esta nueva corriente de descanso consigue una continuidad con el flujo de la sangre a nuestros músculos.

3. No implica grandes esfuerzos

La base del descanso activo es la práctica deportiva suave y a un ritmo sostenible, hasta el punto de que salir a caminar unos 40 minutos ya nos hará notar sus beneficios.

4. Mejoramos la recuperación muscular

El principal objetivo del descanso activo es obtener la recuperación muscular más óptima posible. Para ello, la práctica física suave y a un ritmo menor que el que impregnamos de forma diaria nos permitirá mantener la circulación sanguínea más adecuada. En otras palabras, conseguiremos que los músculos se oxigenen a un compás casi idéntico al de los días de entrenamiento.

5. Puede resultar tremendamente entretenido

El aburrimiento es uno de los problemas que encontramos cuando dedicamos nuestro ocio a la práctica deportiva en solitario. Convertir el entrenamiento en rutina puede suponer una desventaja. Afortunadamente, el descanso activo rompe esa rutina y nos permite experimentar con otro tipo de actividades.

6. Descanso mental

La presión que ejercemos con nosotros mismos con la carga de entrenamiento se libera de manera automática cuando aplicamos el descanso activo. De alguna manera, esta corriente de relajación activa nos permite desestresarnos gracias a la realización de otro tipo de actividades y, sobre todo, a evitarnos la necesidad de cumplir con marcas y objetivos. Simplemente, disfrutamos de la actividad física.

7. Ayuda a prevenir lesiones

A nivel biológico, el descanso activo ayuda a reducir la concentración de lactato en nuestra sangre, además de incrementar la segregación de hormonas anabólicas. La conclusión práctica de todos estos procesos la obtenemos en forma de regeneración muscular y una mejor prevención de las lesiones.

Diferentes tipos de descanso activo que podemos realizar

Cualquier actividad que realicemos y que implique un movimiento de baja intensidad, de poco desgaste físico y, a su vez, ayude a relajarnos tanto física como psicológicamente, se puede considerar descanso activo.

Las actividades cotidianas más simples que nos pueden ayudar a realizar este tipo de descanso serían las siguientes:

– Caminar

– Senderismo

– Estiramientos suaves

– Natación

– Dar un paseo en bicicleta

– El sexo

– Bailar

– El deporte grupal: un partido de fútbol o básquet, por ejemplo