La clave para reducir el estrés y dormir del tirón

Abr 22, 2021 | CONSEJOS, DESCANSO

¿Cuántas noches te has despertado entre las 3 y las 5 de la madrugada pero no has podido volver a dormir (o te ha costado mucho rato)? Seguramente más de las que hubieras elegido. Como si fuera un bucle contradictorio, cuanto más deseamos retomar el sueño, más nos agobiamos, incrementa nuestro nivel de estrés y somos incapaces de dormir.

4 consejos que ayudarán a nuestro cerebro a equilibrar la relación entre el estrés y el sueño

Cualquier psicólogo te diría que el estrés no es algo negativo por sí mismo. Como cualquier elemento que influye en nuestras vidas, tiene sus partes buenas y un lado más negativo. Este último punto quizás es el más conocido de todos. Físicamente, solemos sentir una opresión en todo el cuerpo que puede llegar a producir mareos y hasta dolor de cabeza. Pero, sobre todo, nos hace perder capacidad racional y emocional.

Una de las consecuencias del estrés es el insomnio. En el peor de los casos, podemos llegar a experimentar un círculo vicioso donde el estrés puede afectar a la salud y la propia salud del sueño. Es decir, cuando estamos estresados, la calidad de nuestro sueño se ve claramente perjudicada. Como segundo paso, esta perdida de sueño hace que aumenten nuestros niveles de estrés. Es por ello que, a pequeña escala, cuando nos despertamos en medio de la noche y nos cuesta volver a conciliar el sueño, sentimos tanto agobio y ansiedad.

Según un estudio publicado en WebMD, dormir menos de seis horas conlleva más consecuencias de las que creemos: Si durante un período de dos semanas no dormimos las ocho horas recomendadas de sueño, esto se irá sumando en nuestro organismo hasta el punto de llegar a deberle dos noches completas de sueño. Por ejemplo, dormir unas cuatro horas por noche, haría experimentar a nuestro cerebro una sensación cercana a la que sentiríamos si no hubiéramos dormido nada durante tres noches consecutivas.

Entendiendo los parámetros en los que se mueve nuestro cerebro, la mejor manera de reducir el estrés general es dormir de siete a nueve horas. Una higiene del sueño que siempre debería ir acompañada de mantener una dieta sana, hacer deporte y llevar una vida social y familiar plena.

Para no caer en estas temidas fases donde la hiperexcitación de cuerpo y mente provocan un bucle de estrés e insomnio, nada mejor que tomar una serie de consejos.

1. Un poco de deporte y ejercicio cada día

Ir en bicicleta, salir a correr, nadar, ir al gimnasio, echar un partido de fútbol o baloncesto con los amigos, hacer ejercicios de yoga, jugar al tenis… Hoy en día, existen cientos de deportes y formas de hacer ejercicio. Tan solo tienes que escoger el que mejor se adapte a tu forma física, tu gusto y tu entorno. A partir de ahí, notarás como tu tensión se va liberando conforme más deporte hagas. Recomendamos que, ya que el ejercicio aumenta la temperatura corporal temporalmente, no hagas esfuerzo físico por lo menos tres horas antes de irte a dormir. De lo contrario, llegarás a la cama demasiado excitado y te costará conciliar el sueño.

2. No realices actividades muy activas y excitantes antes de irte a dormir

Igual que hemos recomendado no practicar deporte unas tres horas antes de irte a dormir, tampoco es positivo que en la hora previa a acostarte estés trabajando con el ordenador, chequeando las redes sociales y, en general, tirando de dispositivos electrónicos. Lo ideal es estar en un ambiente relajado, con poca iluminación, tomando un baño o leyendo un libro.

3. Practica ejercicios de relajación minutos antes de irte a dormir:

Es recomendable mantener una rutina de relajación como respirar profundamente o practicar la relajación muscular progresiva. Cualquiera de las técnicas de descomprensión que puedas desempañar te ayudarán a reducir tus niveles de estrés, la frecuencia cardiaca y la presión arterial.

4. Aleja de tu mente los malos pensamientos

Para evitar que las preocupaciones del día a día te acompañen a la cama, intentar poner tu cerebro en una especie de “modo apagado” antes de irte a dormir. Para ello, recomendamos técnicas como la meditación, ejercicios de respiración o incluso trucos como anotar tus mayores preocupaciones horas antes de acostarte.