Los 7 Desórdenes del Sueño en Invierno Más Comunes

Feb 21, 2025 | TRASTORNOS DEL SUEÑO

Los cambios de estación pueden incidir en nuestro estado de ánimo y en nuestro organismo tanto de forma positiva como negativa. De hecho, para muchas personas resulta complicado afrontar las estaciones más frías del año, pudiendo incluso llegar a sufrir desórdenes del sueño en invierno.

A continuación, en este artículo de Maxcolchon, te comentamos algunos de los desórdenes del sueño en invierno más frecuentes. ¿Te suena alguno de ellos?

 1. Trastorno Afectivo Estacional (TAE)

Los trastornos afectivos estacionales se refieren a los cambios en el estado anímico que se relacionan con una determinada época del año. En concreto, durante los meses de invierno, las alteraciones en el estado de ánimo se dan con mayor asiduidad. Y es que en invierno los días se acortan, oscurece antes y el clima es más frío y con mayores precipitaciones.

El frío, junto a la escasez de luz pueden influir de forma negativa en la calidad del descanso, así como en el estado de ánimo de muchas personas. Aunque aún no se conocen las causas exactas del TAE, los expertos lo relacionan con un desequilibrio en los niveles de serotonina y melatonina.

2. Insomnio

Es el trastorno del sueño más frecuente en la población general, destacando su presencia especialmente en mujeres, ancianos y personas con problemas psicológicos como ansiedad y depresión. Consiste en una reducción de la capacidad para dormir, y puede manifestarse de varias maneras que dan lugar a diferentes tipos de insomnio.

A continuación, en Maxcolchon destacamos algunos de los más frecuentes:

Insomnio de inicio o de primera hora: Problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos.

Insomnio de mantenimiento: Problemas para mantener el sueño, produciéndose despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración, o despertando definitivamente de manera precoz, con carencia de horas de sueño.

Insomnio por una higiene del sueño inadecuada: Está asociado a actividades que se realizan durante el día, que son las que impiden una adecuada calidad del sueño durante la noche (consumo de chocolate o cafeína, intensa actividad física o uso de ordenadores, consolas o teléfonos móviles).

Aunque el número de horas de sueño necesarias varía de unas personas a otras, la media diaria es de 7 horas y media a 10 horas, considerándose estos valores dentro de la normalidad y saludables.

3. Hipersomnia

La hipersomnia es lo opuesto al insomnio, y aunque puede parecer contradictorio, es un desorden del sueño en el que una persona siente somnolencia excesiva durante el día. Aquellos que padecen este trastorno pueden dormir durante períodos prolongados por la noche, pero aún carecen de energía al día siguiente.

Durante el invierno, esta condición es especialmente común debido a la mayor producción de melatonina, la hormona del sueño, lo que provoca un mayor deseo de descansar. La falta de luz solar directa también juega un papel importante. La hipersomnia puede afectar a la productividad y el bienestar general. Si los síntomas persisten e interfieren con la vida diaria, es esencial buscar ayuda médica.

4. Síndrome de las Piernas Inquietas

El síndrome de las piernas inquietas es otro desorden del sueño que afecta a algunas personas, y sus efectos pueden intensificarse durante el invierno. Este trastorno se caracteriza por una sensación de hormigueo o malestar en las piernas, generalmente al final del día o durante la noche. Puede llevar a una necesidad incontrolable de mover las piernas, lo que perturba el sueño.

El aumento del estrés y la ansiedad durante el invierno, así como la falta de actividad física, pueden agravar los síntomas. Las técnicas de relajación y ciertos tratamientos médicos pueden ayudar a aliviar los efectos del síndrome de las piernas inquietas.

 5. Síndrome del Retardo de Fase

El síndrome del retardo de fase es un tipo de desorden del sueño que responde directamente a nuestros ritmos circadianos. Aquellos que lo padecen experimentan una tendencia a quedarse dormidos y despertarse más tarde de lo convencional. En invierno, con menos exposición a la luz, esta alteración se hace más notoria.

Estar en ambientes con luz natural durante el día puede ayudar a regular el reloj biológico. En algunos casos, los tratamientos basados en terapia luminosa son efectivos para ajustar el ciclo de sueño y mejorar la alineación con el horario social regular.

 6. Reflujo Ácido

Aunque a menudo se asocia con problemas digestivos, el reflujo ácido puede perturbar gravemente el sueño y es común en invierno. El aumento del consumo de alimentos más pesados y ricos en grasas durante el invierno puede desencadenar episodios de reflujo que afectan el descanso nocturno.

El reflujo ácido se manifiesta como ardor en el pecho o garganta, particularmente cuando se está recostado. Mantener una dieta equilibrada y evitar comidas pesadas antes de dormir son claves para prevenir este problema digestivo. Dormir con la cabeza ligeramente elevada también puede reducir la frecuencia de los síntomas.

7. Roncar

Los ronquidos pueden intensificarse durante los meses fríos debido a la congestión nasal provocada por el aire seco y las infecciones respiratorias comunes en invierno. Este ruido nocturno no solo afecta al sueño de quien ronca, también perturba a sus compañeros de habitación.

El ronquido puede ser indicador de una condición más seria como la apnea del sueño. Soluciones como la humidificación del aire, el ajuste de la posición para dormir o incluso intervenciones médicas, pueden ayudar a mitigar el problema y mejorar la calidad del sueño para todos los involucrados.

Problemas del sueño más comunes en invierno: Conclusiones

El invierno presenta condiciones que pueden magnificar los desórdenes del sueño, intensificando las dificultades para conseguir un descanso de calidad. Desde la falta de luz solar hasta las bajas temperaturas, cada uno de estos factores contribuye al motivo de que te sientas más cansado en invierno.

Ser consciente de estos desórdenes y sus efectos en nuestra salud es el primer paso para aliviar sus síntomas. Mantener hábitos de sueño saludables, asegurarse de que la dieta es adecuada y moderar otros factores de estilo de vida pueden ayudar a combatir estas alteraciones del sueño en invierno.

Además, hablar con un experto en salud puede marcar una diferencia significativa. No solo te ayuda a enfrentarlos de manera eficaz, también te permite prosperar a lo largo de la estación más fría del año.