Camas grandes, un acierto seguro

Ago 24, 2023 | DESCANSO, PRODUCTOS | 0 Comentarios

Los expertos en el mundo del descanso nos aconsejan dormir unas ocho horas diarias. Si aplicamos una sencilla regla de tres, esto significa que el ser humano se pasa un tercio de su vida durmiendo. Pero para cumplir con esta necesidad física y psicológica, es preciso contar con el mejor equipo de descanso posible. Es ahí cuando entran en juego conceptos como el nivel de firmeza, la capacidad de transpiración del colchón o los diversos materiales con los que se pueden confeccionar los diferentes modelos. Y de un tiempo a esta parte, también aplicamos una variable cada vez más amplia en cuanto a gustos: el tamaño. Porque no es lo mismo dormir en una cama de 135 centímetros que en esas camas grandes que hoy en día ya conocemos como “King Size”.

La evolución histórica de las camas y sus diferentes tamaños

Para encontrar el momento en el que se produjo la universalización de las camas, tendríamos que remontarnos a los siglos XII y XIII. Es en esa época cuando en los castillos y las mansiones de los señores feudales se estandarizó el concepto de dormitorio y, por tanto, el de la propia cama.

Los motivos por los que hemos ido necesitando camas cada vez más grandes y de dimensiones gigantes, los encontramos en cómo el propio ser humano ha experimentado un nivel de crecimiento exponencial. No hace falta salir de la Península Ibérica para comprobar que la estatura media de un hombre de la Edad Media estaba en 160 centímetros. En el caso de las mujeres de nacionalidad española, solo en el último siglo han pasado de medir 1,55 metros de media a los actuales 1,62 (por cierto, el mismo tamaño que tenían los hombres en 1850).

El tamaño de las camas fue aumentando de centímetros de manera gradual. Comenzó en la Edad Media, aunque de origen solo se aplicó a los mencionados señores feudales y, sobre todo, a la realeza. Con el incremento de sus dimensiones, elementos como el dosel y el cortinaje fueron desapareciendo, hasta que se implementó el armazón de hierro.

Introducido por los franceses a finales del siglo XVIII, este elemento se convirtió en indispensable. El armazón de hierro normalizó este tipo de cama en todos los países occidentales. Mientras el ser humano crecía en centímetros, fueron apareciendo más conceptos modernos. Por ejemplo, en 1850 se introduce el muelle cónico en los colchones, naciendo la primera clase de colchón que todos hemos conocido: el modelo con muelles.

Con la aparición del colchón de látex en 1930, la goma espuma de poliuretano y la viscoelástica (una invención de la NASA tras investigar cómo aliviar la presión del cuerpo), se experimentó de forma paralela el crecimiento de las propias camas. De la estandarización de la cama de 90×180 centímetros, hemos pasado a las dimensiones exportadas de Estados Unidos, país en el que las camas king size son bastante comunes.

Medidas de las camas actuales: de las individuales a las king size de matrimonio

En la actualidad, consideramos que el tamaño de las camas individuales oscila entre los 80 centímetros de ancho hasta los 105, pasando por el también muy extendido modelo de 90 cm. Todos estos casos entran dentro de la categoría de camas infantiles o juveniles. Respecto a la altura, ya solo se contemplan 180, 190 o el colchón menos propio para estas edades de 200 centímetros.

Respecto a las camas matrimoniales, nos referimos a ellas como ese equipo de descanso diseñado para que duerman dos personas, aunque podríamos catalogarlas ya como las camas concebidas para el descanso adulto, sin importar si dormimos en pareja o no.

Aunque nuestros abuelos dormían en camas cuyo ancho era de 120 centímetros, a lo largo del siglo XX se fue ampliando el tamaño hasta situarlo en los habituales 135 centímetros. Esta medida universal y global sigue siendo de las más demandadas, aunque ha dado paso a camas más grandes que mejoran el confort y el descanso.

Si tuviéramos que apostar por el tamaño más popular del momento, nos iríamos a la cama de 150 cm. A partir de aquí, podemos encontrar modelos como el de 160, las denominadas Queen Size, y las ya más amplias y cómodas King Size que alcanzan los 180, los 190 o incluso los 200 centímetros. En definitiva, las camas grandes.

Características de las camas grandes

Llamamos camas grandes o king size a esos colchones cuyas dimensiones alcanzan los 200 centímetros de ancho por 200 centímetros de largo. El origen de este tipo de camas lo encontramos en Estados Unidos y para un uso gourmet y de lujo. Este tipo de cama grande ha pasado a ser patrimonio exclusivo de hoteles de cinco estrella y suites presidenciales a una globalización.

Las camas grandes o king size aportan un nivel de confort mayor que los colchones con menos dimensiones. Si dividimos entre dos durmientes los centímetros de su tamaño, encontramos que cada persona dispone de unos 100 centímetros para ella sola. Si añadimos prestaciones como la independencia de lechos, la firmeza o la transpirabilidad, la calidad del sueño crecerá de manera exponencial.

Resulta bastante curioso que el tamaño de las camas grandes no es el mismo en todos los países. Aunque, como hemos dicho, el origen de las camas king size lo encontramos en Estados Unidos, sus dimensiones son de 193 centímetros de ancho por 203 cm de largo. Por el contrario, en Reino Unido las king size reducen sus dimensiones, alcanzando los 152 centímetros de ancho por los 198 de largo. En España podríamos denominar cama grande a los modelos de 180 x 200 centímetros, aunque lo normal es adquirirlas apostando por los 200 x 200.

Ventajas de apostar por una cama grande para el descanso

Una cama grande de tamaño king size es sinónimo de mayor espacio y, por ende, mayor nivel de comodidad. Pero apostar por una cama de estas dimensiones no solo es apostar por centímetros, existen una serie de ventajas extra:

1. Mayor calidad del descanso: como ya hemos comentado, por razones obvias disponer de una cama tan grande la calidad de nuestro sueño mejorará. Tendremos más comodidad al ganar espacio, y si sumamos prestaciones como la independencia de lechos, ni notaremos que compartimos lecho con otra persona.

2. Mejora las relaciones de pareja: una cama grande de 200 x 200 centímetros supone dejar de pelearse por esos centímetros extra que pueden marcar diferencias en la calidad del descanso. Al contar con una cama tan grande, ninguno de los dos cónyuges se verá relevado a una esquina de la cama.

3. Es el tamaño ideal para las personas con tallas grandes: solo aquellos con fisionomías más grandes entienden lo difícil que puede ser dormir en camas de tamaño reducido. Apostar por una king size soluciona estos problemas. A mayor centímetros y nivel de firmeza, mejor descanso para las personas con tallas XXL.

4. Optimiza la condición física: las camas king size son las más adecuadas para esos durmientes que no paran en toda la noche. Los constantes cambios posturales fomentan los problemas de espalda, un defecto que solucionan las camas grandes.

5. Son elegantes, señoriales y presidenciales: una cama grande con tamaño king size hará que tu habitación luzca como la mejor suite de un hotel de cinco estrellas.

6. ¿Tienes niños pequeños? Las camas grandes se convierten en el mejor fuerte cuando los más pequeños de la casa acuden al dormitorio de matrimonio. Ya sea porque aplicas el colecho o porque puntualmente tus hijos duermen contigo, nada mejor que hacerlo en una cama de 200 x 200 centímetros.

Bibliografía

– Así ha evolucionado la estatura por países en los últimos 150 años (Diario Público) https://blogs.publico.es/strambotic/2018/07/estatura-por-paises-1/

– ¿Quién dijo que el tamaño no importaba? Los 6 beneficios de las camas King y las Queen (El confidencial)
https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/actualidad/quien-dijo-que-tamano-importaba-6-beneficios-camas-king-queen/20221005101432458567.html