Consejos para despertar a un bebé

Sep 24, 2023 | CONSEJOS, INFANTIL | 0 Comentarios

Los padres primerizos se enfrentan cada día a un ejército de preguntas sobre sus recién nacidos. Y aunque no se las plantearan, cada minuto tendrían un consejo de algún pariente o amistad que ya ha pasado por esa fase primigenia. Nadie nace sabiendo sobre nada, y menos aún sobre la paternidad. Sin embargo, sí podemos establecer una serie de consejos que pueden servir para cimentar unas bases. Por ejemplo, en todo lo relacionado con el sueño de los más pequeños. Desde la postura idónea para acostarlo a cómo despertar a tu bebé. ¿Resulta positivo o negativo despertarlo? ¿Cómo hacerlo de una manera suave y que no le suponga un trauma?

Así son los hábitos del sueño de un bebé

Los seres humanos disponemos de un reloj biológico. Una especie de controlador del tiempo que disfruta nuestro organismo y que divide los días entre las horas que debemos dormir y las horas que debemos estar despiertos. Este reloj biológico (o ciclo de 24 horas) también denominado ritmos circadianos se rige por la exposición de los rayos del sol. Es decir, el tiempo que debemos dormir estará marcado por la luz o por la oscuridad. Pero, ¿qué pasa cuando somos bebés?

Los recién nacidos no entienden de horas, no saben distinguir si es lunes o domingo y son igualmente sensibles a la luz que a la oscuridad. Es por ello que, en ciertos casos, los bebés estén constantemente despertándose por las noches. O, por el contrario, se pasen el día durmiendo.

Por regla general, los bebés necesitan dormir entre 16 y 18 horas diarias. Una media de horas que no tiene porque producirse de manera constante, pero que suele ser lo habitual. Además, los recién nacidos se despiertan cada dos o tres horas para comer. Pueden hacerlo de manera natural y sumergidos en el llanto. Sin embargo, existe la posibilidad de que lleven más de tres horas seguidas durmiendo y a los padres les surja la duda de si despertarlo o no para alimentarlo.

Cómo debe dormir un bebé

Una de las primeras complejidades a las que se enfrentan los padres primerizos radica en la forma de dormir de los bebés. Sobre todo, en lo relacionado con la postura correcta. El miedo a la muerte súbita del bebé (la muerte repentina y sin razones aparentes de un bebé que no supera los 12 meses de edad) siempre está presente, y por ello ponemos más énfasis en este aspecto.

La mejor postura para dormir: La posición más recomendable y aconsejada por todos los expertos es boca arriba. En esta posición el bebé encuentra una mejor vía de respiración (quizás la principal causa de aparición de la muerte súbita del bebé) y es la más natural para sus torpes y primerizos movimientos. Aunque los situemos en esta postura, es importante que vayamos moviéndolos, poniéndolos a ratos de lado para que se desarrollen sus funciones motoras. Eso sí, siempre y cuando los estemos controlando.

La temperatura ideal para que los bebés duerman: Otro aspecto fundamental nos lleva a la temperatura. ¿Demasiado frío o demasiado calor? Lo más aconsejable es fijar un dormitorio que oscile entre los 22 y los 23 grados centígrados.

La mejor ropa para dormir: Con el fin de que no sufran rozaduras y elementos que les incordien a su sensible piel, viste a tu bebé con un pijama de cuerpo entero que solo disponga de una pieza. Y, por supuesto, que el material con el que está confeccionado sea natural para que no le provoque reacciones alérgicas.

Cómo preparar la cuna: Además de situarles boca arriba para que duerman, no pongas almohadas, cojines, juguetes o una ropa de cama pesada que pueda cubrirles. Como ya hemos dicho en el primer punto, tenemos que tener mucho cuidado con sus vías respiratorias. Por eso, cualquier elemento extraño puede convertirse en un peligro si acaba situándose encima de ellos.

Cómo conseguir que tu bebé tenga una buena calidad del sueño

No te desesperes si durante los primeros tres o cuatro meses no has pegado ojo debido a los llantos de tu bebé. Es normal que en los primeros compases de su vida sufran cólicos nocturnos que los tengan llorando media noche. Entre los dos y los cuatro meses, los estómagos de los recién nacidos se van formando, algo que les provoca un lógico malestar de estómago.

A partir del cuarto mes, los bebés ya podrán disfrutar de hasta 6 horas consecutivas de sueño, algo que también van a agradecer los padres. Es a partir de este momento cuando podemos comenzar a fijarles una especie de rutina del sueño. Una serie de consejos que facilitarán la calidad del descanso:

– Mantenlo despierto mientras le das las tomas de leche.

– Mantén mucho contacto físico: caricias, tocarles las mejillas con los dedos…

– Háblales suavemente mientras intentas dormirlo.

– Es importante que antes de acostarlo tras la toma lo tengamos incorporado entre 5 y 10 minutos. Vuelve a acostarle en la cuna solo cuando ya haya expulsado los gases.

– Cámbiale el pañal solo si está despierto.

Cómo despertar a un bebé

Lo primero que debemos saber si somos padres primerizos, es que el miedo inicial es lógico. Es normal sentirse todo el rato como si estuviéramos a punto de detonar una bomba porque no sabemos si cortar el cable rojo o el cable azul. Como decíamos al inicio del artículo, nadie sabe con los conocimientos necesarios en cuanto a la paternidad y maternidad, por muchos consejos que nos den desde el exterior. Es un largo y bonito camino donde cometeremos errores, pero acertaremos la gran mayoría de veces.

Lo mismo ocurre cuando tenemos que despertar al bebé porque le toca una toma, porque hay que cambiarle el pañal o porque, simplemente, ya ha llegado el momento de enseñarles a distinguir entre el día y la noche.

– Lo más importante en todo el proceso relacionado con el despertar de nuestro recién nacido es hacerlo de una manera suave. No podemos ni debemos despertarlo de forma brusca, sino de una manera gradual. Esto conlleva no encender las luces de repente, no quitarles las sábanas, no pegar gritos o cogerlo.

– Siguiendo el anterior consejo, lo ideal es despertarle con caricias, tocándolo suavemente en su mejilla, dándole un beso en la frente o susurrando a sus oídos. Por ejemplo, cantándole alguna canción.

– Una vez esté despierto o se esté despertando, ya podemos cogerlo de una manera suave, con cariño y sin movimientos bruscos. Cuando lo tengamos en brazos, el bebé sentirá la tranquilidad, amor y seguridad que solo le pueden dar unos padres.

No demores su despertar ni le concedas esos cinco o diez minutos extras en los que solemos caer los adultos, retrasando el despertador cada mañana. Es importante saber que esos minutos extras tampoco le van a suponer nada a los recién nacidos.

¿Despertar a un bebé que está profundamente dormido puede provocar algún trastorno?

Es habitual caer en este error. Igual que sucede con las personas sonámbulas, existe una corriente de opinión en el imaginario colectivo que nos lleva a pensar que despertar a un bebé puede ser nocivo para su salud. Has de saber que esto no es así.

Obviamente, despertar a un bebé que está profundamente dormido es sinónimo de unos minutos de llantos, pero esto no significa que le hayamos causado un trastorno. Simplemente, se ha despertado nervioso o desubicado. Si para los adultos es complicado el tránsito entre el sueño y la vigilia, para un bebé que aún busca su lugar en el mundo, es más complejo aún.

 

Bibliografía

– Sueño en los bebés (Asociación española de Pediatría)
https://enfamilia.aeped.es/edades-etapas/sueno-en-bebes

– 19 recomendaciones para que el sueño de los bebés sea más seguro (Sociedad española de pediatría extrahospitalaria y atención primaria)
https://sepeap.org/19-recomendaciones-para-que-el-sueno-de-los-bebes-sea-mas-seguro/