Hábitos de sueño infantiles

Sep 9, 2020 | INFANTIL

Uno de los puntos más importantes en el desarrollo y crecimiento de nuestros hijos, es que cumplan lo siguiente: desde primera hora del día, han de tener ganas de hacer cosas. Ganas de jugar, de acudir al colegio, de relacionarse con otros niños y de querer comerse el mundo. Para ello, es necesario que se despierten despejados y que hayan dormido las suficientes horas durante la noche y sin ningún tipo de interrupción. Pero para encontrar ese despertar equilibrado, alegre y positivo que venga seguido de unos pequeños rebosantes de energía, primero tendremos que haberles enseñado unos hábitos de sueño infantiles saludables y confortables.

Consejos para conseguir que los niños tengan diferentes hábitos de sueño

Si hay algo que sabemos de los niños, casi como una verdad universal arraigada al comportamiento infantil, es que no importa si están cansados tras un largo día de actividad física y escolar, si han estado de mal humor o si se han peleado con sus hermanitos o algún amigo; a la hora de acostarlos, nunca van a querer irse a dormir.

Esas ganas de exprimir cada segundo del día, unida a la mayor energía que se tiene durante los primeros años de vida, provoca en los más pequeños que, aunque se les cierren los ojos por el sueño que tienen, nunca van a reconocer los síntomas del cansancio que están manifestando.

Por regla general, los veremos cayéndose de sueño en el sofá o incluso acabarán rebotados contra nosotros a la hora de mandarlos a dormir. Pequeñas batallas muy comunes en todas las familias que no pueden impedir que veamos la perspectiva general y los síntomas del cansancio que sienten. Al final, en lo que tenemos que pensar es en su salud, su bienestar y en que puedan rendir académicamente al día siguiente enfrentándose a una larga jornada de colegio.

Para lograr este objetivo, hemos de plantearnos una serie de patrones y hábitos de sueño que les permita cumplir con las horas recomendadas de sueño y cansancio. Porque, independientemente de la edad, desde muy pequeños hay que establecer una correcta higiene del sueño.

CÓMO CONSEGUIR UNA HIGIENE DE SUEÑO INFANTIL

Disponer de una cama cuyo colchón sea adecuado para sus necesidades y el crecimiento natural de los niños. Los más pequeños han de dormir en una cama acogedora, sin ropa de cama muy pesada y ajustada (nada de sábanas y colchas asfixiantes) y con una almohada de calidad.

Acomodar una habitación donde no existan las distracciones. Es decir, tenemos que medir el ruido que les llegue, alejar de ellos dispositivos electrónicos y cuidar la cantidad de luz que puede entrar en el dormitorio. Si tus hijos no son muy fans de la oscuridad y/o tienen pesadillas nocturnas, podemos contemplar la opción de conceder una pequeña luz encendida con baja intensidad.

– Dentro de los hábitos de sueño infantiles que hemos de establecerles, y aunque suene redundante, tenemos que fijar ciertas rutinas que puedan asociar al hecho de irse a dormir: tomar un baño, ponerse el pijama, beber un vaso de leche, lavarse los dientes, dar las buenas noches al resto de la familia, despedirse de los dispositivos electrónicos, leerles un cuento y, sobre todo, enseñarles que es la hora de dormir.

– Acompañarlos en este momento del día que tanto odian. Como padres, es importante ayudarnos de nuestra propia voz para enseñarles lo importante que resulta dormir y lo “fuertes y sanos” que se van a volver por tener una correcta higiene del sueño. Para ello, nada mejor que leerles un cuento, explicarles sus orígenes y la historia familiar o incluso cantarles.

– Además de contarles o leerles ciertos cuentos, en el momento de que aprendan a leer, resultará importante fomentar la lectura y que hagan practica de ella poco antes de dormir. Además de fomentar un hábito del sueño, potenciaremos su gusto por la literatura.

– Dentro de esta línea más pedagógica y psicológica que vamos a salpimentar de relato, es importante que los padres tengan una pequeña charla con los más pequeños cuando estos ya se han metido en sus camas. Preguntarles por el día que acaban de vivir y sus experiencias o qué expectativas tienen de la jornada venidera, ayudará a fomentar no solo la relación paterno-filial, sino que, una vez más, estaremos inculcando otro hábito del sueño infantil.